LODAZAL VIOLENTO

El proceso electoral atraviesa por un momento crítico. Hay una lucha muy porfiada y sangrienta por el poder.

Los candidatos nadan en el estiércol, en el pantano, en la sangre. Es la guerra sucia. Descalificaciones de un lado y del otro.

Y para calentar más la plaza, el próximo domingo (pasado mañana) se efectuará el primer debate presidencial.

Este mes es determinante para que Xóchitl Gálvez pueda avanzar y con una gran actitud luche por “cerrar” la elección.

Las encuestas dan ventaja a la aspirante oficial Claudia Sheinbaum; en tanto, la hidalguense va por un milagro que fortalezca su imagen y posicionamiento político para dar una gran batalla.

El caso de Jorge “Pacquiao” Álvarez Máynez, es tema aparte; juega para fraccionar a la oposición y, por ende, reforzar a los morenos.

Lo que llama la atención es si la corcholata de López Obrador lidera el proceso, ¿por qué tanta perversidad en perjudicar a Xóchitl con el asunto de su hijo Juan Pablo ocurrido hace un año?

La propia Beatriz Gutiérrez Müller reprobó el uso electoral de este video y conminó a los políticos a jugar limpio.  

Además, las campañas están atrapadas por el crimen organizado, y las autoridades no mueven un solo dedo para poner orden. Los malosos tienen las manos metidas en la contienda y pelean por imponer a sus incondicionales. En razón a ello, asesinan a mansalva a candidatos (de cualquier partido) y otros personajes que no son de su interés político ni económico.

Han ocurrido 52 asesinatos, 9 secuestros, 22 atentados y 75 amenazas.

Entre los estados más violentos destacan Guerrero, Michoacán, Chiapas, Zacatecas y Guanajuato.

Por eso, este proceso electoral es considerado como el más violento de la historia moderna de nuestro país.


ENCUESTAS ENGAÑADORAS

Estuvimos presentes en las recientes elecciones municipales de Turquía hoy (Türkiye).

Y desde Estambul fuimos testigos del fracaso de las empresas encuestadoras que favorecían al Partido de la justicia y el Desarrollo (AKP) en el poder.

El presidente Recep Tayyip Erdogan sufrió su peor derrota en veinte años, frente al principal instituto opositor el socialdemócrata Partido Republicano del Pueblo (CHP).

Estos resultados son interpretados como una caída de la popularidad de Recep Tayyip Erdogan.

El partido opositor ganó terreno en algunas regiones de Anatolia interior, tradicionales bastiones del AKP.

Ciudadanos islamistas que demandan del presidente una postura más firme hacia Israel por la guerra en Gaza, votaron en contra de los candidatos propuestos por el presidente Recep Tayyip Erdogan.

El fracaso del partido oficial contradijo de forma flagrante a todas las encuestas que le daban amplia ventaja.

Encuestas engañadoras que causan estragos políticos al más poderoso, al más ponzoñoso, al más picudo.

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