Y al final, es Xóchitl

Desde a Janela

“Ya solo restan un año y veintinueve días para que se vaya a … su rancho”

Antes que nada, les comento que esta columna tomó un imprevisto, pero necesario descanso veraniego y por esa razón no se publicó la semana pasada, por lo se ofrece una disculpa a los lectores por no haber realizado el aviso que es usual en este espacio cuando se programa un receso.

Una vez aclarado lo anterior, entremos en materia.

Como ya es de todos sabido, el Frente Amplio por México culminó su proceso para elegir a su futura candidata a la presidencia de la república y como también es por todos sabido, sucedió lo que desde el principio se sabía, tal designación se llevó a cabo por aclamación en favor de Xóchitl Gálvez.

Pragmáticamente muchos pensamos que semejante proceso era innecesario debido a que la popularidad de Xóchitl creció como la espuma, apabullando a la de los principales y añejos contendientes (no me refiero a su edad, sino al tiempo que llevaban promocionándose como aspirantes presidenciales) y aún más por lo barroco, e incluso fantasioso, de algunas de sus reglas.

Sin embargo, a dicho proceso de selección no hay que regatearle sus méritos y, a juicio del que esto escribe, el principal fue que se dieron a conocer los pensamientos de los punteros, ya que libremente pudieron exponer sus opiniones sobre la situación actual del país y así pudimos ver la clarividencia de Enrique de la Madrid, la generosidad de Santiago Creel y sobre todo la utilidad del PRD como fuerza de izquierda genuinamente democrática, partido que a pesar de algunos jaloneos regresó con todo para apoyar al Frente.

Mención aparte merece Beatriz Paredes, quien al igual que Xóchitl llegó al final contra todos los pronósticos y más aún porque al inicio de su participación su cuenta de ex tuíter era de lo más desabrida y sus apoyos en casi todas las encuestas no superaban el ocho por ciento, pero a punta de foros y exposición mediática fue creciendo, porque se le conoció mejor; en mi caso les comento que cambié la percepción dinosaúrica que tenía de ella por el de una mujer que tiene unas ideas muy claras, las cuales estaban ocultas por la férrea disciplina en la que la mayor parte de su carrera política transcurrió, pero que gracias a la exposición que le dio el frente pudo expresar de manera más acorde a los tiempos en que vivimos.

Ya quisiera Claudia Sheinbaum tener una pizca de esa libertad, pero de ella hablaremos en la próxima entrega, si es que el circo de MRN ya no sufre más retrasos y queda terminado en la fecha prometida.

En suma, podemos decir que el proceso de selección del Frente Amplio por México fue como esas producciones literarias, televisivas o cinematográficas muy ambiciosas; ya que tuvo un inicio prometedor, un desarrollo espectacular y cuyo desenlace que no estuvo a la altura de las etapas anteriores.

Pero no podía ser de otra manera, realmente instalar casillas en lugares públicos o semipúblicos era correr un riesgo innecesario en un país en el que no se hace cumplir la ley y mucho menos si se trata de hacer respetar procesos de la oposición, nada más de imaginar lo que trogloditas como Cuitláhuac, Layda o los Salgado de Guerrero harían con los centros de votación y sus votantes, se celebra la prudencia de organizadores y actores del FAM para evitar correr algún riesgo y más, porque los resultados ya eran más que evidentes.

Por último y como cereza del pastel, hay que hablar de la figura principal, la triunfadora en este proceso, la senadora Xóchitl Gálvez.

Xóchitl surgió electoralmente de la nada por una muy sencilla razón, y esa es que literalmente se roba el mensaje de la transformación que no fue, ya que es un ejemplo viviente de que se puede salir de la pobreza incluso sin dádivas gubernamentales, ya que mientras López ofrece administrar la pobreza de los mexicanos, Xóchitl representa el abandonarla, en definitiva.

Así mismo, mientras MRN nos ha regresado a un pasado estatista y autoritario, Xóchitl ofrece un país que mire al futuro y lo más importante, tiene los conocimientos necesarios para lograrlos.

Y, por último, mientras AMLO formó un gobierno de súbditos y no de colaboradores, Xóchitl promete hacerlo de la manera contraria y lo va a cumplir, porque esa es precisamente su historia de vida tanto en el ámbito privado como en el público.

Por estas y otras razones que ya comentaremos en su oportunidad, Xóchitl es el tipo de personalidad que México requiere para conservar y optimizar lo bueno que queda en este país y, así mismo, para innovar en muchas cosas que hacen falta.

felfebas@gmail.com

Twitter: @FelipeFBasilio

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