Tabasco, en la angustia e irritación
La Grilla en Tabasco.
Para entender la fragilidad de la paz social, la irritación ciudadana y el grado de desesperación que se vive como nunca en Tabasco, basta ir a una de las casas de empeño que ahora las hay casi igual en número, o más, que farmacias. Con ello, quien no lo haya vivido, puede tener una idea del porqué la gente espera resultados de gobierno que de inmediato traigan alivio a cada individuo.
En esos negocios se encuentra uno a personas no solo en situación de pobreza extrema, empeñando una licuadora a cambio de 40 pesos o a un trabajador que entrega su herramienta básica por cincuenta o cien, sino también a clasemedieros que llevan su iPhone o celular android de 22 mil o más, con tal de obtener la vigésima parte del costo del aparato. Y hasta Rolex, en el caso de Fundación Dondé.
Hay muchos de esos pujantes negocios que solo reciben joyas de oro y otros que tienen anuncios vistosos que dicen que aceptan facturas de automóviles. Asimismo, en redes sociales y la radio se ofrecen “mil pesos llevados a la puerta de su casa”. Existen advertencias oficiales al respecto, en virtud de que probablemente sea dinero de origen ilícito y el cliente compromete hasta su vida.
La regla común, en las casas de empeño, es que la tasa de interés aplicable es de alrededor de 23 por ciento mensual. En algunas incluso se pueden “comprar días”, cuando la persona que empeñó algo ya no puede cubrir la mensualidad. En centros de trabajo -oficinas de gobierno o particulares- no faltan quienes entre sus compañeros de labor prestan dinero al módico 15 o 20 por ciento.
Insístase: entre quienes recurren a esta opción desesperada, están no solo personas que necesitan poder comprar una bolsa de frijol, sino también pequeños y medianos empresarios que están acorralados, bajo amenaza de embargo, con la esperanza de poder pagar nómina aunque se difieran adeudos de muchos miles a bancos, CFE, Secretaría de Hacienda…
No podrían faltar, a no dudarlo, muchos proveedores de gobierno y de Pemex que no pierden la esperanza de que les paguen por servicios prestados y proveeduría entregada.
No estamos hablando de algún país centroamericano. ¡Ese es Tabasco, señoras y señores! Un estado quebrado, con una recesión histórica; con la esperanza de que al menor plazo posible se compongan las cosas y haya circulante.
Es la entidad federativa en la cual alrededor de 85 por ciento de los votantes en la elección presidencial del primero de julio entregaron su confianza a Andrés López Obrador. El reto es enorme. La responsabilidad que se echaron encima los legisladores y autoridades electos de MORENA, no tiene precedente.
Como era de esperar, hay mucha gente que no entiende los asuntos públicos y pregunta por qué no se actuó ya en contra de gobernantes. Obviamente, hay procesos y plazos legales que deben cumplirse. Pero alguien irritado, frustrado, en la desesperación es muy difícil que acepte explicaciones.
Por su parte, Arturo Núñez Jiménez prepara su sexto informe. Nos llegó la invitación. “Logros que hacen cambios”, se lee allí.
Si no hay cambio de última hora, el domingo 11, el secretario de Gobierno, Rosendo Gómez Piedra, cumplirá la encomienda de acudir a entregar a la Legislatura los textos correspondientes. Y tal como sucede desde el régimen de Manuel Gurría Ordóñez, hace más de un cuarto de siglo, habrá otro evento en el cual el gobernador dará un mensaje.
Esto último ocurrirá al mediodía, en el Centro de Convenciones de Tabasco 2000, lugar en donde hace cinco años con diez meses rindió protesta, con Andrés Granier Melo ausente. El tiempo vuela.
Twitter: @JOchoaVidal