Lo que Tabasco decida
La Grilla en Tabasco
A cinco semanas de que en Tabasco acudamos a votar, existen claras evidencias y testimonios de que Arturo Núñez Jiménez ha cumplido su palabra de no meter las manos en el proceso electoral.
Como cabeza de instituciones y constructor del sistema electoral de este país, es congruente y respetuoso de la voluntad ciudadana. Ello significa que no se utilizarán recursos públicos con el propósito de comprar votos y violentar los principios rectores de la contienda.
Recuérdese que, además, ni los integrantes del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana ni del Tribunal Electoral de Tabasco fueron nombrados de manera directa o indirecta por el titular del Ejecutivo o el Congreso del Estado.
Los propios candidatos han dado fe pública de que no se están utilizando programas gubernamentales, ni existen elementos para decir que “bajo el agua” se apoya a alguno de los abanderados.
Durante los regímenes de Roberto Madrazo Pintado, Manuel Andrade Díaz y Andrés Granier Melo, en tiempos de campañas, en la Quinta Grijalva se realizaban cada sábado y/o lunes reuniones de gabinete en las cuales se evaluaban las campañas del PRI de entonces.
En esas reuniones, el subsecretario de Desarrollo Político o el secretario de Gobierno presentaban informes detallados por secciones electorales y, sobre todo, acerca del avance que en días precedentes pudiesen haber logrado los abanderados opositores y los oficialistas.
El gobernador instruía a sus funcionarios para dar cumplimiento inmediato a la gestoría social y reclamos, recogidos por “sus” candidatos, y eventualmente también para buscar a lidercillos de colonias y rancherías, y comprarlos.
En su momento, incluso dirigentes estatales y municipales del PRD, así como diputados, fueron comprados por el régimen en turno.
El actual presidente de Macuspana, el ex priista Cuco Rovirosa, se regocijaba de cómo Auldárico Hernández Jerónimo le avisaba de situación adversa y de a quiénes podía echarse a la bolsa. Todo ello, bajo la regla de que “amor con amor se paga”.
A media mañana de las elecciones intermedias de 2003, Andrade grabó un mensaje que fue difundido a las ocho de la noche en cadena estatal de radio y televisión. Muy confiado en sus malas (para él buenas) artes, festinó: “El que ganó ganó y el que perdió perdió”.
Para su sorpresa, muchos de aquellos a quienes creyó haber comprado solo recibieron los obsequios que les entregaron, mas hicieron ganar al PRD en la mayoría de los municipios y distritos locales. Previamente, el tricolor se apoderó de los seis distritos federales de la entidad.
Tristemente, un año después el gobernador ya había comprado a todos o casi todos los diputados y alcaldes perredistas.
En 2006, el “efecto Amlo” pero sobre todo el hartazgo social, hicieron ganar a todos los candidatos a diputados federales.
Luis Felipe Graham, ex candidato a diputado federal por el distrito VI, nos platicó que en la junta de evaluación del último sábado Andrade dijo que si alguien ni siquiera necesitaba ya de la “operación electoral”, ese era el hoy ex secretario de Salud, en virtud de que la última encuesta lo ubicaba 17 por ciento por encima de su adversario del PRD.
En las elecciones locales realizadas tres meses más tarde, Granier ganó no solo por méritos propios sino porque Andrade ya no volvió a confiarse.
En 2012, desde mayo, con encuestas en mano, Granier les retiró la “canasta” a los candidatos del PRI. Los dejó morir solos.
Por lo que se ve, el próximo primero de julio los candidatos del PRD no tendrán respaldo económico de las arcas públicas. No lo han tenido.
Twitter: @JOchoaVidal