La fiesta de la Guelaguetza se presenta en el Parque ‘Ciriaco Vázquez’ en el puerto de Veracruz
- La Guelaguetza es un espectáculo único, alegre y colorido lleno de significado; donde la música, danza, canto y poesía son el testimonio viviente de muchos rasgos de los indígenas que habitaron tierra oaxaqueña antes de la conquista española.
12HORAS / VERACRUZ, Ver.-La Guelaguetza, esta hermosa fiesta pluricultural que congrega a los 16 grupos étnicos que tiene Oaxaca, se presentará este sábado 9 y domingo 10 de noviembre en el Parque Ciriaco Vásquez, ubicado a tres cuadras del Centro Histórico del Puerto de Veracruz.
En esta ocasión será en el marco de las fiestas de Fieles Difuntos que en nuestra tradición mexicana acabamos de celebrar con mucha pasión en todo nuestro país; una celebración que nos une.
Para Oaxaca es un alto honor poder conjugar la tradición de la Guelaguetza con el concepto de Todos Santos, ya que ambas fiestas de tradición popular han sido reconocidas por parte de la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
La Guelaguetza es un espectáculo único, alegre y colorido lleno de significado; donde la música, danza, canto y poesía son el testimonio viviente de muchos rasgos de los indígenas que habitaron tierra oaxaqueña antes de la conquista española.
Esta fiesta que se practica en la ciudad de Oaxaca, año con año en el mes de julio, tiene sus orígenes en los ritos y ofrendas que se daban a la Diosa Centeótl, diosa del maíz, en el Teocali construido por los aztecas cuando conquistaron lo que hoy es la Ciudad de Oaxaca, en las faldas del Cerro del Fortín.
La Guelaguetza se expresa en la ofrenda que hacen a la capital oaxaqueña las delegaciones representativas de las ocho regiones que agrupan a los 570 municipios de este estado: Valles Centrales, Sierra Juárez, Cañada, Alto Papaloapan, Mixteca, Costa, Istmo de Tehuantepec y Sierra Sur.
En la época prehispánica los ritos dedicados a la diosa del maíz culminaban con el sacrificio de una doncella, esperando con ello obtener fertilidad en los campos.
Con el arribo de los españoles y la religión cristiana, los monjes franciscanos y dominicos prohibieron las prácticas dedicadas a la Diosa Centeótl, destruyeron el teocali y en su sitio construyeron un templo católico dedicado a la Virgen del Monte Carmelo, hoy conocido como templo del Carmen Alto, donde los dos lunes siguientes al 16 de julio, fecha de adoración a esta virgen, se convirtieron en la ocasión en que todo el pueblo participó unido en la celebración.
En los tiempos de la Independencia de México y de la Revolución Mexicana, la festividad dedicada a la Virgen de Monte Carmelo, siguió teniendo gran aceptación por parte del pueblo que subía al cerro a realizar un día de campo luego de los actos litúrgicos.
En la época moderna, en 1932, se llevó a cabo en la Ciudad de Oaxaca una fiesta con motivo de su 400 aniversario. En ese evento se ofrecieron bailes, música y productos típicos de las Ocho Regiones, como “guelaguetza” a la señorita Margarita Santaella, por ser representante por su gracia y belleza, de la ciudad de Oaxaca.
Estos bailes se hicieron toda una tradición y fue tal su impacto entre la población que decidieron llevarlos a cabo en el Cerro del Fortín. Así, en el año de 1953 se amalgamaron en ese lugar dos grandes festejos: La Guelaguetza y las fiestas de los Lunes del Cerro.
La presentación de los bailes se hacía en una explanada llamada en su tiempo petatillo. Para el público se destinaba una concavidad natural que tiene el Cerro, pero en 1974 se inauguró el Auditorio Guelaguetza, teatro estilo griego al aire libre con cerca de 11 mil 400 lugares, listos ahora para recibir a visitantes nacionales y extranjeros en esta fiesta que ya adquirido trascendencia internacional.
¡Que viva Veracruz!
¡Que viva Oaxaca!
¡Que vivan por siempre las tradiciones culturales de México!
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