Distopía. Propicia Obrador una sevicia entre periodistas ‘paleros’ e independientes en ‘las mañaneras’

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México. Luis Barron / Eyepix Group / Gettyimages.ru

  • «Usted prefiere las alabanzas», criticó la comunicadora Reyna Haydee Ramírez, tras cuestionar el favoritismo que hay en las conferencias matutinas del presidente.

Cecilia González /

RT / MÉXICO.-El papel que desempeñan los reporteros que acuden a las diarias conferencias mañaneras del presidente Andrés Manuel López Obrador quedó en el centro de una fuerte controversia, luego de que la periodista Reyna Haydee Ramírez cuestionara al mandatario sobre los favoritismos que hay en estos foros.

«Usted prefiere las alabanzas, presidente, y discúlpeme que se lo diga», sostuvo Ramírez, quien le hizo una seguidilla de señalamientos a López Obrador. «Dice también que no se violan derechos humanos en este Gobierno, [pero] por supuesto que se violan», agregó la reportera.

Aunque el hecho ocurrió la semana pasada, lo más llamativo fue que mientras la periodista del portal Pie de Página hablaba, el youtubero Hans Salazar, asiduo participante de las conferencias y aliado de López Obrador, trató de interrumpirla. «Tú cállate, palero», le advirtió la reportera, usando un término popular que en México significa aplaudidor y lambiscón.

Desde ese momento estalló la discusión para diferenciar en «la mañanera» a los «paleros» de los que no lo son. Y López Obrador salió en defensa de los primeros.

Al igual que le ha ocurrido otras veces, la intervención de Ramírez, quien está respaldada por una amplia trayectoria en cobertura y defensa de los derechos humanos, le valió una inmediata y masiva campaña de odio en las redes sociales. 

Estilos

Desde que comenzó a gobernar, el presidente mexicano ha insistido en que los periodistas deben declarar abiertamente sus preferencias políticas y partidarias. Sin embargo, cuando sabe que no respaldan a su Gobierno, los ubica en el grupo de los adversarios.

Las conferencias que realiza de lunes a viernes a las siete de la mañana, duran por lo menos dos horas, son seguidas por millones de personas y representan un ejercicio de comunicación gubernamental inédito a nivel mundial, pero también han sido objeto de permanentes debates.

A través de este intercambio, López Obrador logra imponer cada mañana la agenda del debate público. Uno de sus mensajes recurrentes es la estigmatización y descalificación de los periodistas. Aunque es cierto que gran parte de la prensa tradicional ha sido y es abiertamente opositora a su proyecto, el mandatario agrupa en ese bloque a todos los medios y trabajadores de prensa que no declaran su apoyo al Gobierno. Los acusa de «conservadores» y «neoliberales».

Luego, esas descalificaciones se replican y suben de tono en las redes sociales, lo que agrava la vulnerabilidad de la prensa en el país más peligroso para ejercer este oficio, en donde en las últimas dos décadas han sido asesinados por lo menos 154 periodistas. Decenas más han sido exiliados o desplazados, o viven amenazados y al amparo de supuestos mecanismos de protección que, muchas veces, fracasan.

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Las «mañaneras» también han expuesto a diferentes tipos de periodistas. Algunos leen preguntas textuales, lo que levanta sospechas de que son enviados o pagados por determinadas empresas para colocar algún tema en la agenda.

Otros son personajes sin ningún antecedente en medios que cobraron notoriedad gracias a que intervienen de manera frecuente y, sobre todo, respaldan todas las medidas del presidente. Ellos y otros periodistas de mayor experiencia abrieron canales en redes sociales y tienen cientos de miles de seguidores gracias, en parte, a que fomentan discursos y campañas de odio contra los opositores o críticos de López Obrador.

A veces acuden periodistas famosos a nivel nacional o internacional que hacen un «show» y se convierten en protagonistas de la conferencia. También están los que son abiertamente opositores y, por último, los que intentan sostener una mirada crítica, con distancia del poder.

Pero esa última posición no le gusta al presidente, quien considera que, si no están con él, están en su contra. «Cuando veo que hablan de que son independientes, me dan desconfianza, Puede ser que sean independientes del pueblo, no del poder», aseguró el lunes, en medio de la intensa discusión sobre el papel que deben ejercer los periodistas en México.

«Existe el periodismo independiente»

En la intervención que desató el debate, Ramírez denunció que en las «mañaneras» hay censura y que a ella, debido a sus últimas preguntas, se le vetó durante meses. Además, sus cuestionamientos le han valido recurrentes amenazas desde hace dos años y que ya han sido denunciadas en una fiscalía.

«Yo casi tengo 30 años de reportera y estas amenazas suponemos que vienen o de sus seguidores o de sus opositores, una de dos. Entonces que lo defina la fiscalía algún día en algún momento. La denuncia está puesta», le explicó la periodista a López Obrador, quien al principio se había resistido a darle la palabra.

«Y lo digo con todo respeto, presidente, porque usted aquí ha denostado, ha estigmatizado periodistas, casi todos los días se dedica a eso. Y usted tiene razón en algún punto, acaba de decir que unos periodistas o columnistas, intelectuales, etcétera, están del lado del poder, y así se manejan porque han alcanzado un nivel de vida que ya no lo pueden dejar. Casas, yates, aviones, etcétera, pero hay otra parte», dijo al advertir que no todos los que critican determinadas políticas son necesariamente opositores ni apoyaban a los gobiernos anteriores, y mucho menos son millonarios.

«Existe el periodismo independiente, yo soy reportera independiente. Entonces usted confunde, presidente, confunde porque la independencia periodística sí existe y hay muchísimos medios en todo el país que se dedican a eso, entre esos, yo», afirmó.

Ramírez explicó que ella acude para tratar temas de interés social pero consideró que como no se pliega al discurso oficial, no la dejan entrar todos los días. Para ella, eso demuestra que las conferencias se reservan para  la participación de los militantes, en vez de periodistas, con el fin de que López Obrador se luzca con las respuestas.

«Yo ya tomé partido, presidente. Usted nos pidió a los reporteros: ‘Tomen partido’. Yo tomé partido hace 30 años que empecé a ser reportera y lo tomé por la gente, con la sociedad. No se enoje porque yo no soy su enemiga, ni su detractora tampoco. A ver si no me castiga medio año», expresó. López Obrador, por su parte, respondió que ella tenía todo el derecho de expresarse y que él no se iba a molestar por eso.

Pelea

Mientras sostenía el tenso diálogo con el presidente, el youtubero Hans Salazar trató de intervenir. «Tu cállate, palero. Tú tienes tu momento y yo no me meto contigo», lo frenó Ramírez. El término se viralizó de inmediato en las redes sociales porque exhibe a quienes van a las «mañaneras» solo a respaldar a López Obrador.

La discusión siguió en medios tradicionales y todo tipo de plataformas durante el fin de semana, y se reavivó en la conferencia del lunes, en la que otro youtubero, Demián Duarte, confirmó y presumió su militancia.

«Usted ha dicho que el periodismo también implica tomar partido, tomar posiciones, y en ese sentido creo que muchos de los que estamos aquí lo hemos hecho, ya sea en un sentido o en el otro. Nosotros estamos con usted y con el proyecto transformador, señor presidente, así que un gusto estar aquí», asumió.

López Obrador aprovechó para manifestar su solidaridad con Salazar «y otros periodistas que son tratados como ‘paleros’ por los conservadores. No debe de preocuparles eso, para nada que un periodista participe, simpatice, en una causa no es ningún delito».

Por el contrario, la periodista Dalila Escobar, de la revista Proceso, a la que el presidente suele defenestrar, recordó que los periodistas no deben ser afines al poder, pero López Obrador volvió a defender a sus seguidores.

«Es como el mundo al revés, los más corruptos, que siempre han estado sometidos al poder, ahora les llaman ‘paleros’ a los que defienden el proceso de transformación», criticó.

También consideró que los señalamientos contra Salazar quizá lo perjudiquen, pero no condenó las amenazas que Ramírez ya ha recibido. «Yo creo que es bueno saber que el periodismo en época de transformación no puede estar en las medias tintas, no hay término medio. Además, son muy poquitos los que están con nosotros de todo el gremio. ¿Enojarse porque hay uno, dos, tres, cinco, cuando existen grandes empresas mediáticas que manejan miles de millones de pesos, porque una gente, dos, tres expresa un punto de vista?», cuestionó.

En ese momento, Escobar le recordó al presidente que Ramírez le dijo «palero» a Salazar luego de que él la hostigara.

«Si aquí venimos, entramos reporteros, es para ejercer nuestro oficio, que hemos ejercido desde hace muchísimos años. Es muy sencillo que alguien entre, aplauda y ya con eso se le reconozca como periodista. No debería ser así, porque si aquí habláramos de afinidades y se cayeran máscaras, habría muchas sorpresas», expuso la periodista, como parte de una discusión que está muy lejos de haber terminado.

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