DESDÉN

Dirigentes de Morena y el propio Conde de Macuspana, insisten en su discurso triunfalista en la elección del próximo 2 de junio.

Vociferan que tienen una cómoda ventaja de 20 puntos sobre Xóchitl Gálvez, la candidata del frente opositor Fuerza y Corazón por México, que ha conquistado –por su carisma y valentía–el cariño de millones de mexicanos.

A estas alturas nada está escrito; aunque las encuestas oficialistas y otras “independientes” (el que paga manda), difundan datos de interés al poder de estado y a la propia corcholata predilecta.

Esa ventaja en los sondeos –que ellos patrocinan— la replican como una victoria contundente de la imitadora del titiritero.

En cinco meses más podría presentarse un escenario distinto, gracias a la reflexión de ciudadanos cansados de tantas mentiras, de tanta corrupción, de tanto cinismo.

DESDÉN A PERIODISTAS

En este sexenio que está por concluir numerosos periodistas han sido víctimas del menosprecio y la calumnia; han padecido también ataques directos del poder de estado.

He conversado con diversos colegas-amigos. Muchos han sido despedidos de sus trabajos y quienes subsisten están condicionados a ciertas reglas impuestas por sus “patrones”, excepto unos cuantos.

“Pero qué necesidad” (Juan Gabriel dixit al interpretar uno de sus éxitos) de “acosar al periodismo que está bajo amenaza y bajo ataques constantes”, soltó la guerrera incansable Azucena Uresti, al dejar el horario estelar noticioso de Milenio TV. Durante 20 años la oriunda de Monterrey logró certidumbre y liderazgo para ese grupo periodístico.

Con gran valentía la comunicadora enfrentó en 2021 amenazas de muerte de un grupo delictivo, y sorteó con arrojo numerosas embestidas de quienes no toleran críticas a sus tropiezos políticos. Solo admiten a “periodistas” que adulen a la transformación de cuarta, como el tal “molécula”.

Azucena y otros comunicadores han padecido en carne viva los “dardos” disparados desde el atril principal de Palacio Nacional.

Ella, seguirá poniendo el dedo en la llaga de la corrupción; ellos, los políticos arrogantes, arengan sus “triunfos” pero muy pronto estarán en el ojo del huracán de los comunicadores agredidos por el poder de la Cuatroté.

Nada es eterno.

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