Traficantes, nepotistas y cínicos
El nepotismo y el consiguiente tráfico de influencias parece ser uno de los “pecados” favoritos de los políticos y autoridades afiliadas a la autoproclamada “cuarta transformación” y ahora a su “segundo piso”, que efectivamente ha resultado una prolongación de los mismos vicios.
Durante el anterior sexenio en Veracruz, un primo hermano del gobernador Cuitláhuac García Jiménez, Eleazar Guerrero Pérez, fue nombrado indebidamente como titular de la Subsecretaría de Administración y Finanzas, desde donde manejó a su antojo el erario, colocó alfiles en todas las secretarías de despacho, financió a una asociación civil con la que hizo política electoral a costa del dinero público y se enriqueció ostensiblemente para después, obtener la impunidad del fuero del que hoy goza, habida cuenta de que varios dentro del gobierno, el que pasó y el actual, se beneficiaron de esa sangría descarada de recursos y se la debían.
Pero el de Guerrero Pérez no fue el único caso de castas familiares que fueron al abordaje de puestos públicos o de prebendas financiadas por el erario. Por ejemplo, las hermanas García Cayetano, quienes cobijadas por Cuitláhuac García –quien a la par, hizo a su hermano Tonatiuh “director de cine”- accedieron a posiciones legislativas, gubernamentales y de impartición de justicia en las que su desempeño fue, por decir lo menos, bastante cuestionable.