Tras el telón un acosador, 11 mujeres acusan de abusos a Plácido Domingo

 Plácido Domingo, nuevas acusaciones en su contra. Foto: Especial.

  • Plácido Domingo es acusado de manoseos no deseados, persistentes pedidos de reuniones privadas, llamadas telefónicas nocturnas y súbitos besos en labios

Regeneración, WASHINGTON, EU., 5 de septiembre del 2019.– Plácido Domingo es acusado por más mujeres de acoso y abusos contra otras 11 mujeres. Se trata de una investigación de la agencia AP.

Una escena humillante

 «Una tarde antes de una presentación de «El Cid», dentro de la temporada 1999-2000 de la Ópera de Washington, la cantante Angela Turner Wilson recuerda que cuando ella y Domingo estaban uno al lado del otro maquillándose, él se levantó de la silla, se paró detrás de ella y colocó las manos sobre sus hombros».

«Ella lo miraba en el espejo cuando, de pronto, le deslizó las manos debajo del sostén, dentro de su bata y le tocó los senos».

«Me dolió”, dijo a The Associated Press.

“No fue suave, me apretó duro”.

«Añadió que después Domingo se dio media vuelta y se fue, dejándola atónita y humillada». 

 Wilson, hoy de 48 años y profesora de canto en Dallas, es una de 11 mujeres que hablaron después de que la AP reportó el 13 de agosto que numerosas mujeres acusaron a Domingo de acoso sexual.

Además señalan que al tenor de realizar conductas lasciva y de perjudicarlas profesionalmente si lo rechazaban.

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Dice AP que «según ellas, hubo manoseos no deseados, persistentes pedidos de reuniones privadas, llamadas telefónicas nocturnas y súbitos besos en los labios».

Varios empleados de las salas de teatro narraron a la AP cómo protegían a las jóvenes del cantante mientras la gerencia hacía la vista gorda, indicó la agencia.

Secreto a voces

«Tomados en su conjunto, los relatos refuerzan la imagen de una industria en la cual la conducta de Domingo era un secreto a voces y las jóvenes mujeres quedaban indefensas», señalan las periodistas autoras de la investigación.

Rechazan acusaciones sin explicar nada

La vocera de Domingo rechazó en un comunicado los señalamientos, pero no ofreció detalles.

“La continua campaña de la AP para difamar a Plácido Domingo no es sólo desacertada sino carente de ética».

«Estos nuevos señalamientos están llenos de incongruencias y, al igual que el reportaje inicial, en muchos aspectos, simplemente equivocados”.

“Debido a que la investigación está en curso, no daremos detalles, pero enfáticamente rechazamos la imagen engañosa que la AP está tratando de pintar del señor Domingo”, dijo la vocera Nancy Seltzer.

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Se animan a denunciar

Wilson dijo que se animó a hablar tras enterarse de la reacción de Domingo al reportaje de AP, en el cual aseguró que a su parecer su conducta “siempre fue bienvenida y consensual”.

Adema el tenor español dijo que “las normas y los estándares por las que, justificadamente, se nos mide hoy en día son muy distintos a los del pasado”.

Wilson rechazó la idea de que ese tipo de conducta fuera alguna vez aceptable.

″¿Qué mujer va a querer que él le toque los senos? Y dolió”, dijo la cantante. “Y después de eso yo tenía que subir al escenario y actuar como si estuviera enamorada de él”.

Lo anterior según las periodistas Jocelyn Gecker y Jocelyn Noveck de AP, autoras de la investigación.

Ser mujer jóven… peligro

Melinda McLain, coordinadora de producción de la Ópera de Los Ángeles 1986-87 y trabajó también en la Ópera de Houston con Domingo, dijo a la AP «que se esforzaba por evitar que el cantante quedara en las salas de ensayo a solas con mujeres jóvenes, aun cuando él lo haya pedido, y trataba de contratarle asistentes hombres».

“Creábamos todo tipo de artimañas para mantenerlo alejado de ciertas cantantes”, recordó McLain. “Jamás hubiera yo enviado a una mujer a acompañarlo en su camerino”.

McLain aseguró que otra estrategia era invitar a la esposa de Domingo, Marta, a las fiestas del elenco “porque si Marta estaba ahí, él se comportaba”.

Numerosos empleados del departamento de vestuario de la Ópera de Los Ángeles, contactaron a la AP las últimas tres semanas.

Esto para decir que trataban de evitar que mujeres entraran en el camerino de Domingo.

Incluso recientemente, en la temporada 2016-2017, y que la gerencia supo por años de la conducta del cantante.

“Mi supervisor me dijo que evitaban que entraran jóvenes atractivas a su vestuario debido a su conducta”, afirmó una empleada que pidió no ser identificada.

Añadió que Domingo era conocido por “acercarse demasiado a las chicas, abrazarlas, besarlas, tocarlas y ser físicamente afectuoso con ellas”.

Otra empleada de vestuario describió cómo una vez apenas y logró evitar que Domingo “me plantara un enorme beso en los labios”. Dijo que alcanzó a voltearse y que el beso terminó en la mejilla. Aseguró que reportó el incidente a su supervisor, quien le aconsejó no quedarse a solas con el maestro.

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El hecho de que las mujeres tengan que hacer grandes esfuerzos para eludir los avances sexuales de un hombre es un clásico ejemplo de un ambiente de trabajo sexualmente inhóspito, de acuerdo con expertos.

La Ópera de Los Ángeles ha contratado a abogados externos para investigar las denuncias incluidas en el reportaje de la AP.

Muchas de las mujeres que hablaron con la AP solicitaron permanecer en el anonimato porque aún trabajan en el medio y dijeron temer represalias debido a la gran influencia que ejercen Domingo y otros hombres poderosos.

Una soprano dijo que temía no sólo por ella sino por su esposo, quien también trabaja en la ópera.

Otras mencionaron la necesidad de proteger un arte que tiene dificultades en seguir siendo relevante en Estados Unidos.

Y algunas más dijeron que el apoyo expresado a Domingo en Europa –y el escepticismo hacia las denuncias– les ha hecho sentir más temor y prefieren no identificarse.

La osada conducta de Domingo detrás del telón era un tema de constante discusión, según varias cantantes y otros empleados de ópera.

Una exempleada de la Ópera de Los Ángeles relató que un día Domingo la empujó contra la pared, le agarró la mano y le susurró en la oreja mientras su jefe, un hombre, miraba perplejo.

Alguien debió decirle a Domingo que ello era inapropiado, comentó la exempleada, “pero no la chica con los auriculares que está simplemente tratando de hacer su trabajo”.

La mujer recordó que entre el personal corría un chiste según el cual a las jóvenes cantantes “había que rociarlas con un aerosol anti-tenor, como si fuera un insecticida, para repeler a los tenores”.

Algunas de las mujeres contaron a la AP que algunas estrategias para distraer a Plácido Domingo eran preguntarle sobre sus nietos, reír nerviosamente y fingir que no entendían cuando él les pedía sus números de teléfono o las presionaba para encontrarse después.

Gardner contactó a la AP para decir que él observó la conducta de Domingo con la mezzosoprano Patricia Wulf.

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Ella inicialmente fue la única mujer dispuesta a dar su nombre.

Wulf trabajó con Domingo y Gardner en 1998 en la Ópera de Washington, donde el maestro fue además director general, y el barítono confirmó que Domingo insistía en invitar a Wulf.

“Yo lo veía colocándose en las salas de ensayo o en los pasillos de tal manera que pudiera acercarse a ella, y era obvio que ella lo estaba eludiendo”, dijo Gardner.

Wulf dijo a la AP que todas las noches después de la actuación, Domingo le susurraba al oído la misma pregunta: “Patricia, ¿tienes que irte a tu casa?’”

Si bien ella trataba por todas maneras de eludirlo, dice que él era tan insistente que a veces ella temía salir del vestuario si sabía que él estaba afuera.

Aunque Domingo nunca la tocó físicamente, ella dice que no cabe duda de cuáles eran sus intenciones.

Tanto Wulf como Angela Turner Wilson dijeron que no reportaron la conducta del legendario cantante a la gerencia por temor a que nadie les creyera o que serían ellas las penalizadas.

Dentro del extenso artículo AP, indica que Wilson dijo que entiende por qué tantos admiradores del legendario artista están teniendo dificultades para conciliar su imagen con los relatos de conducta sexualmente agresiva.

“Entiendo que para un admirador le es difícil justificar o racionalizar que alguien tan encantador y generoso en tantas maneras pueda ser así”, dijo Wilson.

Aseguró que durante años calló sobre sus experiencias con Plácido Domingo “porque pensé que nadie iba a hablar”.

Pero cuando leyó la nota de la AP, dijo, se dio cuenta de que algo se podría lograr.

“Yo sé que si dejo pasar la oportunidad y me quedo callada, me voy a sentir 20 veces peor”, comentó. “Es una carga enorme como para estar llevándola la vida entera. Y cada vez que sale otro relato de #MeToo, caigo en un lugar oscuro y estoy harta de eso”.

Dijo que decidió hablar también para proteger a las jóvenes a quienes ella enseña como directora del departamento de canto de una universidad.

“La música, el arte, es maravilloso”, comentó, “y ojalá este negocio tenga por lo menos la integridad de darle una oportunidad justa a estas jóvenes”.

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