Socavón del PRI, socios y cómplices
Restan 244 días a gobierno estatal PANRD, y al federal del PRIVERDE. Seguimos en primeros lugares mundiales de corrupción e impunidad.
Millones y millones de veracruzanos en inseguridad y pobreza, hambre y marginación. Crecen delincuencia, simulación e impunidad. Más instituciones debilitadas o disfuncionales. Nombramientos pospuestos. Sistemas burocráticos nacionales y estatales repetidos, caros, incompletos y simuladores (como el anticorrupción, el ORFIS, contralorías y otros), típicos de la Justicia a modo, en oferta y por favoritismo. Por si fuera poco, crisis económica, endeudamiento público sin control y cuestionada administración gubernamental.
En el presente, ya hay responsables y culpables de las limitaciones y sacrificios sociales.
Ojo. Debe insistirse que incluso para defender, consolidar y fortalecer lo poco bien hecho, los escasos logros y avances (que cuestan tanto), urge erradicar opacidad, desinformación, entretenimiento y manipulación gubernamental.
Y como en Veracruz persisten, estos y otros males. Hay que insistir y preguntar:
¿De qué tamaño es el daño recibido y cuál es ya, el acumulado por el gobierno actual? ¿A cuánto asciende el total-total de deuda pública estatal y municipal? ¿Dónde están los miles de millones de pesos presupuestados y desaparecidos? ¿Y los resultados de la entrega recepción? ¿Cuántos despedidos y nuevos contratados van? ¿Renovar o autorizar más concesiones y privatizaciones, para beneficiar a quienes? ¿Cuál es el costo de la reestructuración de la deuda? ¿Es obligatorio sostener a funcionarios ineptos o mediocres con ofensivos supe sueldos y beneficios especiales?
Aparentar, encubrir, simular cambiar, para seguir inundados de limitaciones y carencias, de sacrificios y víctimas, para que aumenten, hartazgo e inconformidad social.
¿Obligado soportar a más de los mismos ineficientes y delincuentes en el gobierno?
EVITAR LO EVITABLE. PREVENIR LO PREVISIBLE.
Hoy por hoy. Primero evaluar, corregir o apoyar a quienes dicen gobernar. No más posponer y olvidar. No a pasividad, desinterés y disimulo. Imprescindible gobernar al gobierno.
En demasiados casos, se prueba y comprueba existencia y alcances, de muchos de quienes gobiernan, pensando y trabajando siempre en lo que más les interesa y beneficia: esto es, alcanzar, y sostenerse en el gobierno, lograr el poder para no poder, para en repetidos casos usar y abusar de los recursos públicos y las instituciones. Plenitud de autoritarismo, voluntarismo y nepotismo.
Son tiempos de la cínica presencia y acción del hampa electoral, tradicional e inocultablemente, apoyada y sostenida, desde los mismos gobiernos y su partidocracia.
Miles de millones de pesos derrochados, saqueados y presupuestados para despensas, becas, ayudas, subsidios o permisos, notoriamente enfocados al clientelismo, y el condicionamiento electoral. ¿Y los responsables y culpables de violar las leyes?
Obvias y notorias corrupción e impunidad, personificadas en la presencia de intocables reciclados, como candidatos incómodos o cínicos.
Jamás olvidar ni desatender lo básico. Los primeros comprometidos y que deben ser llamados a cuentas, son los que están a cargo, los responsables de gobernar. Esos evasivos y camaleónicos, manipuladores y simuladores que se comprometieron a cumplir y hacer cumplir la ley y, simplemente ante tanta ineficiencia y delincuencia oficial, no lo hacen, facilitan, encubren y permiten.
En todo caso, es importante y hasta determinante: exigirles que informen, rindan cuentas y enfrenten sus responsabilidades, adquiridas e inherentes al cargo que desempeñan. ¿O qué, todos cumplen y hacen bien su trabajo? ¿Es obligatorio simular, encubrir y permitir que ineficiencia y delincuencia se vuelvan costumbre y sistema?
Forzoso comentar lo que sucede, tanto en el empobrecido estado, “del no pasa nada y los delitos son exageraciones de los veracruzanos que los padecen”; como en el saqueado y endeudado país del “vamos bien y lo bueno también cuenta”.
Siempre oportuno exigir resultados positivos, reales y comprobables. No declaraciones, discursos o justificaciones.
Así que primero hay que ocuparse de los que son y están; y después, de los que aspiran, son candidatos y quieren ser.
Hay que votar y elegir. Inevitable responsabilidad ciudadana y tema social imposible de ignorar o minimizar.
DECADENCIA Y DETRIMENTO, DEL PRIANRD.
En caída libre, PRI hundido y despreciado, acusado y culpabilizado, en complicidad con su otra cara de la misma moneda, dizque de la alternancia (PANRD); pero en realidad ambos representan continuidad de la impunidad, más de lo mismo y peor.
El partido otrora hegemónico, representativo y casi único, hoy sin credibilidad ni confianza social, centro del hartazgo y del rechazo público, y de la abundancia de ineptos y corruptos, entra a otro de sus estertores, de su prolongada agonía. En el fracaso y la derrota siempre hay lugar.
Ver para creer. Los que los hundieron, dicen que ahora lo quiere salvar. No hay duda que se aprovechan de todo. Los mismos de siempre, los beneficiados de su gracia y de su desgracia se disponen a seguir en el control de la franquicia electoral, de sus cuantiosas prerrogativas, ventajas y atributos.
Salvo muy honrosas excepciones, los desmemoriados repiten el discurso de siempre, practican su obsoleta y desacreditada liturgia, se enriquecen, engañan y se engañan, pero eso sí, con cargo al presupuesto oficial.
Sobran ética y principios, ni que hablar de ideales y objetivos, tan desechables como cambiables a conveniencia.
Ahí van, sin congruencia ni conciencia, repitiendo en discursos lo que con los hechos niegan; ajenos al pensar y sentir, de militantes y simpatizantes, de una población que le confía y cree menos, aunque reconozca contados logros y avances.
Para colmo, últimamente se señala y advierte que lo caracterizan y dominan cuatro tipos de fuerzas, claramente identificables: una, la de los parásitos, vividores y convenencieros de siempre; dos, la de los traidores, operadores, prófugos potenciales y hasta hoy intocables, al servicio de quien les aprieta los huesos y los usa de muchas formas; tres, la masa de seguidores tradicionales, conformistas, obligados, acarreados o contratados; y cuatro, los leales e incondicionales, a ideales y objetivos que fueron causa y origen, organización y movilización de otros tiempos.
Al igual que todos los demás partidos, van a tener que entender, que su alejamiento o separación de la ciudadanía y de la sociedad en general, tiene un precio que pronto habrán de pagar.
. -Academico.IIESESUV @RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH