Ríos, cuentas y cuentos
Foto: Hartazgo Periodísticos BCS
Luis Gutiérrez R.
Hay señales de que la imbatible realidad de los hechos no es todo lo favorable que quisiera el presidente Andrés Manuel López Obrador. Los ríos del sureste y los gastos presupuestados se salieron de madre, como dicen los expertos en hidrología, y las consecuencias saltan a la vista.
La pandemia de Coronavirus se fue al tope. Las crecientes en los ríos el sureste mexicano también. El número de muertes por contagio de Covid-19 pasó de 110 mil y el de contagios rebasó el millón, siempre según cifras oficiales.
La coordinadora nacional de Protección Civil México, Laura Velázquez Alzúa, informó a principios de diciembre que había cerca de 370 mil damnificados por inundaciones, principalmente en los estados de Tabasco, Chiapas y Veracruz. Solamente en la primera entidad resultaron afectadas más de 300 mil personas y 899 comunidades anegadas.
Es pertinente mencionar que no es la primera vez que los tabasqueños padecen las crecientes de ríos como el Grijalva y el Usumacinta. En 2007 el agua subió en el 70 por ciento del estado de Tabasco; resultaron afectados 1.5 millones de habitantes y, según el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred-2009), las pérdidas económicas fueron superiores a 32 mil millones de pesos. Los daños en 2008 se valoraron en 4 mil 600 millones de pesos y hubo 41 mil 800 damnificados.
Hay que señalar que después de puntadas como “¡Salgan, abrácense, no tengan miedo!” para enfrentar la pandemia de Covid-19, del “¡Suban a los cerros!”, a fin de librar a la gente de las inundaciones, o la rifa-no rifa del avión presidencial de Enrique Peña Nieto, era menester poner atención a otros datos.
La multicitada recuperación económica no resulta muy convincente. El número de personas con un ingreso laboral inferior al costo de la canasta alimentaria, se situó en 56.62 millones en el tercer trimestre de 2020, lo que implicó que durante el periodo de la pandemia del covid-19 en el país, 11.38 millones de personas se sumaron a la pobreza laboral, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) alertó al empezar diciembre que la tasa de desempleo en México al final del 2020 podría llegar a ser del 11.7% de la Población Económicamente Activa (PEA). La OIT razonó que aunque millones de mexicanos conservaron sus trabajos mediante confinamientos domiciliarios, otros han enfrentado reducciones de sueldo o despidos desde fines de marzo. La tasa de desempleo calculada por la OIT equivale a unos seis millones de personas, y hace otra advertencia: el 44% de la población ocupada en México se enfrenta al riesgo de sufrir afectaciones como reducción de horas o salarios.
Más lluvia sobre mojado: la construcción del Aeropuerto Internacional de Santa Lucía (AISL) subió de costo: un total de 172 mil millones de pesos, contra los 168 mil 880 millones que se proyectaron para el Nuevo Aeropuerto Internacional de México en 2014 y que se ubicaría en Texcoco. Los datos son del gobierno federal.
Al costo de construcción del Tren Maya, de 112 mil millones de pesos, hay que sumar 33 mil 800 millones de pesos por gastos de operación y mantenimiento durante 30 años, en datos del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).
Según el director general de Pemex, Octavio Romero, el costo de la refinería de Dos Bocas, Tabasco, será de 933 mil millones de dólares, 900 millones de dólares más de los previstos originalmente por la Secretaría de Energía: 11% más.
Es probable que nuestro presidente tenga “otros datos”.
En este escenario, que deseamos promisorio, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) prepara la construcción de dos nuevas centrales hidroeléctricas a un costo de 17 mil 758.5 millones de pesos. Estas obras forman parte, informó la CFE, del proyecto para incrementar el uso de energías renovables para la generación de energía.
En México hay 64 Centrales Hidroeléctricas, de las cuales 20 son de importancia y 44 son centrales pequeñas. ¿Llegó al fin la hora de hablar de energía renovable?
Hablemos mientras tanto de las principales plantas hidroeléctricas:
Tenemos 12 impulsadas por la fuerza del agua; 22 termoeléctricas que trabajan mediante combustión de petróleo, gas y diesel; dos más que queman carbón mineral y una sola alimentada por material radioactivo: uranio.
Habrá que esperar. ¿No creen? Aunque la salud pública, la falta de vacunas contra el Covid-19, el desempleo, 120 mil muertos por la pandemia, las inundaciones, el hambre y la miseria ya no admiten discursos, ni promeses, ni amenazas.
Tampoco los feminicidios, los secuestros, los atracos en despoblado, las ejecuciones, ni los poderosos con familias de aviadores impunes. Nadie parece capaz de advertir el colmo del hartazgo social. Mucho menos el presidente.