¿Rendimos la plaza?
La Grilla en Tabasco.
La zona limítrofe de Tabasco con Veracruz se convirtió desde hace mucho tiempo en tierra del crimen organizado. En días recientes, la zozobra de los pobladores se incrementó, luego de la ejecución de Carlos Garrido Gular, director del Tec de La Venta. Pero si algo empeoró aún más el clima de incertidumbre, fue la declaración oficial con relación a que por la inseguridad se analiza cerrar esa institución de educación superior.
Nada más que si a esas vamos, por lógica se estaría hablando de cerrar además el plantel del Cobatab, así como las escuelas primarias y secundarias de Villa La Venta, Francisco Rueda, Sánchez Magallanes y muchos otros asentamientos, cuyos habitantes -hipotéticamente- serían evacuados y reubicados porque el Estado y la Federación se declaran incompetentes para garantizar el orden constitucional y la paz pública.
Eso, con todo y que se han vivido situaciones aún más complicadas, no ha sucedido en Tamaulipas, Sinaloa, Chihuahua, Nuevo León, Guerrero, Veracruz, Michoacán, entre otras entidades federativas que han sido y son flageladas por el crimen. El pasado fin de semana se reportaron, otra vez, asaltos a automovilistas, a plena luz del día, en las rampas de acceso a los carriles centrales de Periférico Sur en Ciudad de México.
En el caso de Carlos Garrido se ha podido saber que tres individuos encapuchados se acercaron a la camioneta en la que iba saliendo de La Venta y lo acribillaron. El chofer del vehículo y otra persona sentada en la segunda fila de asientos, salvaron su vida porque a los criminales no les interesó hacerles daño. ¡Qué terror!
El funcionario aparentemente fue objeto, desde antes, de un intento de extorsión y no cedió. Era un hombre amable; pero, como decimos en lenguaje llano, sin pelos en la lengua, con muchos huevos.
Los lugareños lucharon mucho por tener para sus hijos el Instituto Tecnológico Superior de La Venta, al igual que el plantel del Colegio de Bachilleres de Tabasco. Gran parte de los pobladores se la jugaron con Andrés López Obrador desde los inicios de su movimiento.
Al margen de esa consideración, como ciudadanos tienen todo el derecho a que, por tratarse de un tema de delitos federales, los defienda la Guardia Nacional, el Ejército Mexicano, la Marina. Queremos suponer que ya se contempló la operación allí de una base de operaciones especiales de seguridad. El Estado Mexicano no puede rendir esa ni ninguna otra plaza.
Se entiende que allí ni las policías municipales de Huimanguillo y Cárdenas, en su conjunto, ni la fuerza pública estatal cuentan con la suficiente capacidad operativa y se está ante una situación de competencia federal, máxime que involucra a parte de Chiapas y Veracruz.
Más aún, en las condiciones imperantes desde hace una década, por lo menos, resulta sumamente peligroso transitar después del anochecer en la carretera libre y en la autopista Villahermosa-Coatzacoalcos, y en la lleva a Tuxtla Gutiérrez.
El año antepasado, en un retén en La Tinaja, Veracruz, un agente federal nos recomendó no viajar por carreteras veracruzanas de noche, “porque ni nosotros lo hacemos, a menos que vayamos en convoy”. Era mediodía de un domingo. “A esta hora no hay problema alguno”, aclaró.
De cualquier manera, Veracruz registra una incidencia delictiva más alta que Tabasco. Y no es de ahora. Ya sucedía así hace más de cuarenta años, aunque jamás como ahora. El otro estado vecino, Chiapas, no podría escaparse de la inseguridad y desorden.
Twitter: @JOchoaVidal