Hágase la paridad… en el puro discurso
Rúbrica
La paridad en el acceso a candidaturas, puestos de representación popular y cargos públicos en general es sin duda uno de los logros más relevantes del movimiento feminista en materia política en los últimos años en México.
Desde 2014, la paridad es un principio constitucional que consiste en que la mitad de los cargos de elección popular les corresponden a las mujeres. En 2020, se reguló el principio de la paridad en todo, con lo que ésta debe aplicarse en los tres poderes del Estado, en los tres niveles de gobierno. Lo cual incluye a los ejecutivos de las entidades federativas.
Hace tres años, los partidos políticos –prácticamente todos- intentaron boicotear la paridad en todo desde el Senado y a través de sus representantes en el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE), bajo la pretensión absurda de que el principio solo era válido para cargos no unipersonales, es decir, para los congresos federal y estatales, más no para las gubernaturas, que implican el acceso a un nivel de poder –y de recursos- mucho mayor que el de los legisladores.
Ello provocó una reacción de organismos de la sociedad civil que echaron a andar la estrategia “Gubernaturas Ya” -avalada finalmente por las autoridades electorales-, gracias a la cual los partidos fueron obligados a postular la mitad de sus candidaturas para mujeres, incluidas las gubernaturas que estuvieron en disputa en 2021. Fue así que seis mujeres fueron elegidas como gobernadoras de sus estados.
Empero, en los partidos políticos siguen sin asimilar este precepto –reiteramos, constitucional- y nuevamente intentan boicotear su plena aplicación en los comicios de 2024.
Este lunes, la Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos del INE presentó un proyecto en el cual se pide que los partidos políticos postulen a cinco mujeres en igual número de candidaturas para las nueve gubernaturas que se renovarán en las elecciones de 2024, a la par de la sucesión presidencial.
«Como acción afirmativa y derivado de que persiste una subrepresentación de mujeres en las gubernaturas y tomando en consideración el contexto histórico de las entidades con el proceso electoral local, donde apenas han sido electas tres mujeres en toda la historia, los partidos políticos deberán postular al menos cinco mujeres en las nueve entidades donde se elige la gubernatura y la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México», establece el proyecto que fue discutido… y bloqueado por los partidos.
Casi al unísono, los representantes de Morena, PAN, PRD y PRI acusaron al INE de arrogarse facultades “que no le corresponden”, de pretender legislar y castigarlos “indebidamente”, así como de establecer fechas para presentar registros o informes “sin fundamento”.
Todos esos partidos –que se llenan la boca con sus supuestas “adhesiones” a la lucha por los derechos políticos de las mujeres- demandaron al INE que no “atente” contra su vida interna y que respete su “derecho a la autoorganización”. La cual, desde su perspectiva –o mejor dicho, a partir de sus particulares y mezquinos intereses-, implica que si ya establecieron en sus estatutos la paridad –a la de a… fuerzas-, entonces pueden aplicarla como quieran y puedan.
En realidad, se está reeditando el mismo falso debate de 2020. Los partidos –que están controlados todos por hombres, aunque algunos tengan “dirigentes” y candidatas mujeres- no quieren paridad real, pues sus verdaderos “dueños” pierden con ésta cotos de poder que consideran de su propiedad. Y luego tienen que simular colocando candidatas que en los hechos, se sujetan a lo que esos hombres decidan. Como algunas que este mismo lunes se opusieron en el INE a este proyecto, que fue frenado. Al menos, momentáneamente.
Para los partidos en México, la paridad está muy bien… siempre y cuando se quede en el puro discurso.
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