Incómoda posición de Cuitláhuac García y la fiscal por la negociación de los Yunes con Adán Augusto
La polémica y controversia que continúa generando el voto converso -traición literalmente-del senador Miguel Ángel Yunes Márquez, colocó a la fiscal general del Estado, Verónica Hernández Giadáns, en una posición incómoda.
Combatir la corrupción, la impunidad y la falta de transparencia ‘no ha sido la mejor virtud de la fiscal general’, según expertos y letrados, de la clase política veracruzana, porque “los brazos de la justicia solo han alcanzado a los opositores que enfrentan una persecución sistemática”.
“El peso de la administración de la justicia que debe ser imparcial, no ha tocado ni con el pétalo de una rosa a los políticos morenistas que navegan en ríos de corrupción, impunidad, tráficos de influencia, simulación, doble discurso y nepotismo”, denuncian letrados del Colegio y Barra de Abogados.
“La alta traición” que cometieron los senadores del PAN-propietario y suplente-Miguel Ángel Yunes Márquez, a cambio de impunidad ante el líder cameral del Senado de Morena, Adán Augusto López, impacta al gobierno de Veracruz porque el gobernador Cuitláhuac García y la fiscal general quedaron atados de manos por la negociación de Yunes Linares con el político tabasqueño.
La fiscal general no podrá continuar con la ejecución de las órdenes de aprehensión contra los hermanos Miguel y Fernando Yunes Márquez-exalcaldes de Veracruz y Boca del Río, así como la actual alcaldesa panista de Veracruz, Patricia Lobeira-cónyuge de Miguel Ángel-, porque la familia Yunes Linares logró la limpia de sus carpetas por el ‘voto 86’ a Morena para aprobar la regresiva reforma judicial.