La crisis del agua
Mientras la clase política se despedaza por tomar el poder –y con ello se lleva al país entre las patas-, quienes tienen responsabilidades públicas descuidan miserablemente aquello que es verdaderamente importante para el pueblo al que juran defender, como el acceso a servicios públicos eficientes y dignos. En especial, el suministro de agua potable se ha convertido en un serio problema a nivel global, que en el estado de Veracruz se vuelve caótico cuando llega la temporada de estiaje y el líquido escasea de manera alarmante. Xalapa, la capital veracruzana, es una de las ciudades que más sufre en el estado por los problemas de abasto. En primer lugar, porque depende del agua que le llega de otras regiones -que incluso no son parte del territorio estatal- y que en más de una ocasión han chantajeado a los gobiernos municipales –indistintamente del partido que esté al frente- para que les doten de obras –lo cual no les corresponde-, a cambio de no cerrar las válvulas que regulan el paso del agua hasta la ciudad.
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