Autoritarismo, ineficiencia y delincuencia gubernamental
A 272 días del fin del período oficial, la situación empeora. Con economía desatendida y en recesión, aumentan los veracruzanos en pobreza, hambre e inseguridad.
Tan solo para 2017 son reportados más de 2,200 homicidios; genera casi 800 pobres diarios; y destaca en el país, de 2012 a 2017, como el de mayor crecimiento de pobreza laboral, al pasar de 45% a 54.4% (México como vamos. Basado en CONEVAL.230218)
La misma fuente oficial, sostiene que 4 de cada 10 mexicanos, están en pobreza laboral. El 41% no puede adquirir la canasta básica, cuyo costo aumento 9% a fines de 2017. Inflación, baja capacidad de compra. Aumentan pobres en 1.8 millones, para llegar a 50.8 millones en pobreza salarial. (Gobernantes.com.140218)
Se comprueba, que quienes gobiernan no pueden; y además, facilitan o provocan el debilitamiento y la quiebra de instituciones. Gobiernos autoritarios, simuladores y encubridores
Patético y deplorable querer silenciar y, reprimir, ocultar o ignorar trabajos periodísticos, denuncias ciudadanas, acciones de la sociedad civil e investigaciones académicas, que señalan como la ineficiencia y delincuencia afecta y caracteriza a muchas dependencias oficiales, ocasionando pérdida de credibilidad y confianza. Desde siempre, se sabe que innumerables delitos no se denuncian, o institucionalmente se ocultan o minimizan. Sin duda, la inseguridad es mayor de lo que oficialmente se acepta.
MÁS HARTAZGO E INCONFORMIDAD SOCIAL.
Así que crecen pérdidas y rezagos sociales, en gran parte ocasionados, permitidos o alentados por los principales responsables: tanto por el gobierno estatal del PANRD, como el federal del PRIVERDE. Conocidos y padecidos paladines o malandrines, de más de lo mismo…y peor.
Gobiernos acusados y cuestionados, por estar integrados y a cargo de demasiados incompetentes y hasta de malhechores, en buena parte dedicados a beneficiar sus intereses personales, familiares y de grupo. Intocables y reciclables, que se encubren y protegen, para mantenerse en el poder dizque “para servir a la sociedad”. ¿Enriquecimiento inexplicable? Por favor.
Imparables llevan al estado y país, de mal en peor.
Y hay que insistir y repetir. Lo importante, lo prioritario de un buen gobierno son los seres humanos, que se deben atender bien y a tiempo. No los gobernantes, ni los políticos.
Desafortunadamente, en buena medida esto no sucede, ya que someten a la población a más y más limitaciones y sacrificios; para incluso aprovecharse de sus desgracias con despensas, subsidios, apoyos, becas e infinidad de acciones asistenciales o clientelares, mal administradas y muchas orientadas a influir y condicionar las elecciones; y a imponer la minoría mayoritaria en el gobierno, caracterizada por abyectos e incapaces. Simple presencia e influencia del hampa electoral.
LOS MISMOS…MÁS AUTORITARIOS
En la creciente crisis institucional, es lamentable y evidente, que en su seno crecen y se fortalecen autoritarismo, nepotismo, ineficiencia, corrupción, simulación e impunidad; ya es costumbre, saqueo de recursos públicos, y uso y abuso de atribuciones e instituciones, incluso para favorecer concesiones y privatizaciones que resultan lucrativos negocios personales, familiares y de grupo; al mismo tiempo que se desatienden o no se satisfacen necesidades básicas sociales, y se reducen, agreden o conculcan libertades y derechos humanos.
Eso sí, se persiste en el exhibicionismo y se recurre con más frecuencia al autoritarismo y la arbitrariedad oficiales.
Prohibido manifestarse y protestar contra ineficiencia y delincuencia gubernamental, porque en alguna forma la agresión y represión oficial es la respuesta.
Prohibido denunciar o señalar errores y fracasos, pérdidas y deficiencias, porque se ofenden los autoritarios y simuladores.
En suma, prohibido hacer uso de libertades y derechos, así como exigir más presencia y participación ciudadana y social, para en verdad fiscalizar, evaluar y contribuir al esfuerzo colectivo para mejora y superación.
Y ahí siguen en los gobiernos, los principales causantes y responsables, de la resistencia y la desobediencia civil que, con razón y derecho, ya se expresa de muchas formas.
Esos de siempre, que llegaron y están en el poder, para no poder; y muchos para aprovecharse de recursos públicos e instituciones, para beneficiarse, enriquecerse y ser parte de la escandalosa ineficiencia y delincuencia en el gobierno. Esos, los que están; los que ya se van: los mismos que necesitan de la continuidad de la impunidad.
Por lo pronto, insistir que aumentan inconformidad y hartazgo social.
Y también repetir, que mantienen a Veracruz en recesión, más pobre, hambriento, e inseguro.
Preocupa que ante contextos nacional e internacional adversos, se pronostique y alerta, que la difícil situación va empeorar. De ahí que deben reclamarse más eficiencia, efectividad y capacidad a quienes gobiernan. Incluso, simple y sencillo, preguntar y evaluar, ¿si pueden o no pueden con el cargo?
Hablo de ejercer poder y cumplir con el deber que, en todo caso, exige transparencia objetiva, información actualizada y confiable; diagnóstico real y fiscalización efectiva; participación y evaluación ciudadana y social permanentes; y desde luego una clara, precisa y pertinente estrategia que incorpore “los cómo y los cuándo”, “los con qué” se cuenta, para alcanzar los objetivos y metas. Esos imprescindibles “para qué”, que motivan y facilitan la unificación de esfuerzos.
Ante las evidentes opacidad, desinformación y simulación oficial. Obligado insistir: ¿De qué tamaño es el daño recibido y cuál es ya, el acumulado por el gobierno actual?
¿A cuánto asciende el total-total de deuda pública estatal y municipal?
¿Dónde están los miles de millones de pesos presupuestados y desaparecidos? ¿Y los resultados de la entrega recepción? ¿Cuántos despedidos y nuevos contratados van? ¿Renovar o autorizar más concesiones y privatizaciones, para beneficiar a quienes? ¿Cuál es el costo de la reestructuración de la deuda? ¿Por qué sostener a funcionarios ineptos o mediocres con ofensivos súper-sueldos y beneficios especiales?
Al final, lo determinante son y serán los hechos, los resultados positivos comprobables.
Resultados que son difíciles de identificar y señalar si no hay seguimiento, control y evaluación; si no interesa, porque se sabe, que hay pocos logros y avances, o simplemente no los hay; o incluso, porque se ignoran o minimizan ante un ambiente de insulto, denostación, distracción y manipulación, propio de la época de elecciones, en la que escándalo y enajenación dominan.
-Academico.IIESESUV @RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH