Mal augurio: Prevé Carstens bancarrotas en economías débiles por el impacto de Covid-19

Foto: Cuartoscuro.

  • El exgobernador de Banxico dijo que los bancos centrales y la banca evitaron que la volatilidad se saliera de control, pero la crisis ha durado más de lo previsto y durará aún más, de ahí que se anticipan problemas de solvencia. Muchos sectores que hoy sufren no van a sobrevivir, anticipó.

AN / MÉXICO.-En vista de que la crisis económica derivada de la pandemia se ha prolongado más de lo previsto, llegará un momento en el que la acción gubernamental no podrá prevenir el incremento de las bancarrotas, señaló el ex gobernador del Banco de México y gerente general del Banco de Pagos Internacionales (BIS), Agustín Carstens.

Muchos sectores que sufren ahora, no se van a recuperar (…) muchas tiendas sencillamente no van a sobrevivir”, sentenció Carstens durante su participación en la Conferencia Bancaria Internacional organizada por Banco Santander.

El ex gobernador de Banxico destacó la actuación de los bancos centrales y los gobiernos en la gestión de la crisis, bajo la idea de que la crisis iba a ser transitoria. En esta crisis el sistema financiero ha sido muy resistente a la volatilidad, que pudo haberse salido de control, sin embargo, la situación se controló muy rápidamente

Por su parte, los bancos centrales de las economías avanzadas y de muchos mercados emergentes han hecho que las condiciones financieras se vayan acomodando la situación, y esto ha mantenido una relativa estabilidad de los mercados, agregó el ex funcionario mexicano.

“Esta vez, el sistema bancario es más bien parte de la solución que del problema”, indicó Carstens, quien compartió el foro virtual con Larry Summers, ex secretario del Tesoro de Estados Unidos y hoy profesor y presidente de Emeritus, en la Universidad de Harvard, Jörg Kukies, secretario de estado en el Ministerio de Finanzas de Alemania y el anfitrión José Antonio Álvarez, CEO de Santander.

Pero añadió que eso no quiere decir que no puedan surgir otros problemas en el futuro, sobre todo porque el sector de las empresas está muy endeudado.

Anotó que la crisis ha durado más de lo esperado, y que durará aún más, lo que anticipa que habrá problemas. “Veremos mayores dificultades de solvencia en el futuro -advirtió-. Creo que deberíamos de estar preparados”.

Dijo que hay que reconocer que el coronavirus va a cambiar la cara de la economía. Habrá otra forma de viajar, trabajar, ir de compras, todo ello complicado aún más por la revolución digital. “Por supuesto que hay mucha innovación, por ejemplo con el comercio electrónico, que es cada vez más importante, y se está conjugando con el enfriamiento de la actividad”.

Adicionalmente, dijo que la política va a tener que evolucionar, pues el cambio en el entorno económico dará lugar a una reasignación ineludible de los recursos, la política tiene que ayudar a las personas para que se facilite esa reasignación.

Vendrán las secuelas de la crisis: CEO de Santander

Para el CEO de Santander, la situación actual es de parálisis, de expectativa acerca de qué va a pasar, si habrá una vacuna que haga que todo vuelva a realidad, y cómo va a evolucionar la economía mientras tanto.

En el terreno financiero, anticipa que llegará el momento en que la cartera vencida se incremente, seguirá el desempleo y los planes gubernamentales que hoy existen empiecen a desaparecer, por lo que será probablemente en 2021 cuando se verá hasta qué punto la política fiscal protege los ingresos y ayuda a las pymes, una vez que empiece la recuperación de la economía.

Dijo que los países están ante una crisis de crédito, porque las cuentas de pérdidas y ganancias de las empresas y de los particulares se han visto muy afectados. “Espero en términos generales que este incremento en deuda impagada empezará a resolverse en el 2021”, dijo Álvarez.

Pero por ahora, el sistema bancario tiene muchísimo más capital que el que tenía antes de 2008, de modo que desde ese punto de vista las cosas están bien.

Pero lo preocupante es el flujo, pues en un mundo ideal la deuda mala se paga con el flujo de nuevos negocios y la capacidad de generar capital, pero cuando las tasas de interés están tan bajas, a veces hasta niveles negativos, se presiona la capacidad de generar beneficios.

En ese escenario, se paga deuda mala con capital, pero en cuanto se empieza a destruir capital la confianza se erosiona. “Serán las secuelas de la crisis”.

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