La difícil decisión
La Grilla en Tabasco.
Llegó el momento en que se tiene un panorama más o menos claro de lo que sucederá a continuación:
Nuestras autoridades tienen que decidir -quizá ya lo hicieron- si se implementa el confinamiento obligatorio, lo que conforme a derecho tendría que ser previa declaratoria de estado de excepción, o si se aligeran las actuales medidas de modo que se reactive la economía y que cada uno de nosotros haga lo que ya debiera saber: cuidarse por sí mismos.
No será en este año cuando se disponga de una vacuna contra el Covid-19. El comportamiento de la pandemia es incierto. A quienes se enferman gravemente luego de contagiarse, se les intenta salvar a través de medicamentos como el Redemsivir, hidrocicloroquina y otros fármacos que al menos en México no están disponibles.
La enfermedad ataca de las más diversas maneras y no precisamente a los pulmones. En China de nuevo se declaró la emergencia. En Argentina se reportó este jueves con mucha preocupación que en 24 horas murieron 23 personas… En Tabasco estamos a la mitad de esa cifra y somos un conglomerado mucho más pequeño.
¿El virus es más mortal para las personas inmunológicamente más débiles? Los médicos descubrieron que un sistema inmunológico vigoroso puede ser contraproducente. ¡Qué paradoja! También se conoció que una niña con leucemia luchó siete semanas y ya se le dio de alta, aunque mueren atletas y hay individuos que sucumben muchos días después de ser declarados sanos.
Han sobrevivido ya muchos ancianos de 101, 99, 88, setenta y tantos años, en diversas partes del mundo. Pero… en Tabasco la terrible enfermedad acaba de aniquilar a un grupo de adultos mayores que debieron estar a salvo.
El cantante Yoshio se puso en cuarentena desde el 10 de marzo. Salió de su casa hace dos semanas solo para ser internado de urgencia. ¿Cómo se contagió? Su esposa e hijas hacían compras, se cuidaban y no se contagiaron.
Un epidemiólogo estadounidense se infectó, según diagnóstico suyo, a bordo de un avión aunque iba protegido con mascarilla N95 (no de manera simulada como hacemos nosotros), así como con guantes, camisa manga larga y aun cuando puso en práctica todos sus conocimientos para protegerse.
Los casos en Africa aumentan 42 por ciento en una semana, reporta la Organización Mundial de la Salud. En el continente americano andamos por dos millones. Los más de cuatro mil muertos registrados en México son prácticamente los mismos reportados por el gobierno chino en la primera oleada de la pandemia. El índice de letalidad local está arriba de 12 por ciento.
En España hay un repunte de 30 por ciento de casos desde que en días recientes se levantó la cuarentena. Sin embargo, la población contagiada no llega al cinco por ciento. El criterio de “inmunidad de rebaño” del que tanto se habla, amerita aclaración, precisión de la OMS, en el sentido de que eso aplica solo en epidemias veterinarias.
Suman en el mundo 297 mil 569 defunciones y se reportan 4 millones 369 mil 410 casos de contagio, dice el último informe de la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos, país en el cual se están eliminando restricciones.
La información y desinformación es abundante. Satura redes y, sin duda, está afectando psicológicamente a la población mundial. Las personas sensibles deben sustraerse de leer o escuchar noticias y comentarios sobre este tema. Ya saben lo que tienen que hacer: cuidarse por sí mismos.
Con respecto al planteamiento inicial, desde nuestra óptica no tiene sentido recurrir al confinamiento obligatorio.
En verdad pudiere ser que Suecia, aun con sus cerca de cuatro mil muertos pese a ser un país más pequeño que México (pero con un sistema de salud de primerísimo nivel) haya hecho lo correcto: el gobierno informó adecuadamente desde un inicio a la población y las restricciones son mínimas, casi inexistentes.
Finlandia reabrió escuelas este jueves. Los expertos dicen que tendremos que acostumbrarnos a lo que no solo Andrés López Obrador sino otros mandatarios han llamado “la nueva normalidad”, esa en la cual la vida será, para variar, una ruleta en la que apostamos todos.
¿Quién tiene la verdad absoluta? Los gobernantes son elegidos para tomar las decisiones. Y entre los males es bien sabido que por lo regular se tiene que escoger el menos peor.
¿Cuál será el costo a pagar? Lo pregunta alguien próximo a cumplir 62 años y con asma, sin estar deprimido y sí con plena lucidez. No quisiera estar en el lugar de quienes decidirán.
Twitter: @JOchoaVidal