Debido a estereotipos de un sector retiran óleo de Emiliano Zapata de Bellas Artes
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- El artista mexicano Fabián Cháirez ha cuestionado en su trabajo los estereotipos de masculinidad mexicana, en figuras como charros o luchadores.
RT / MÉXICO.- La figura del líder revolucionario Emiliano Zapata (1879-1919) ha emergido en todo su esplendor en los últimos días y no ha sido porque 2019 fue nombrado el «Año del Caudillo del Sur» por el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. La respuesta está en un pequeño cuadro montado en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México.
De las 141 piezas que componen la exposición «Emiliano. Zapata después de Zapata», montada por el historiador Luis Adrián Vargas Santiago, una ha generado mucha polémica por mostrar la figura del líder campesino rompiendo con estereotipos que cabalgan en México desde hace 100 años: el machismo y la discriminación hacia la población LGBTI.
En «La revolución», el óleo sobre tela que pintó Fabián Cháirez, el general Emiliano Zapata tiene su característico bigote, pero cabalga desnudo sobre un caballo blanco, con un sombrero charro color rosa y unos afilados tacones desde donde emerge una pistola. Una banda de tela con los colores verde, blanco y rojo rodean la figura ‘afeminada’ del líder histórico nacido en Anenecuilco, Morelos.
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Zapata contra el machismo
Si hace más de cien años el general Zapata encabezó una lucha para la restitución de las tierras para los campesinos, ¿no podría ser el estandarte de un mundo nuevo para la comunidad LGBT?
Para la Secretaría de Cultura, la obra de Cháirez cuestiona los «estereotipos machistas que conforman la identidad nacional y visibiliza los movimientos de la diversidad sexual». Sin embargo, en el 100.º aniversario luctuoso del general, esa representación no está exenta de polémica.
El nieto del líder revolucionario, Jorge Zapata González, anunció el lunes que la familia entablaría acciones legales contra Fabián Cháirez y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) por «denigrar» la figura del general. «Sacan a nuestro general de gay, como familia, como pueblo netamente zapatistas, eso no lo vamos a permitir […] Vamos a demandar al pintor y a la encargada de Bellas Artes», dijo.
Cuestionado por periodistas sobre los delitos por los que podrían interponer acciones legales, el nieto del líder revolucionario respondió que sería por «exponer la figura» de Zapata «en esa forma», pese a que no existe tal crimen contemplado en la Constitución mexicana.
«Mucha gente me ha pedido que vayamos a Bellas Artes y quemarlo, pero nosotros somos respetuosos de las instituciones», agregó el nieto de Emiliano Zapata.
Protesta y agresión en Bellas Artes
Las palabras del nieto de Zapata fueron un presagio. El martes, decenas de personas, integrantes de comunidades agrarias, irrumpieron en el Palacio de Bellas Artes para retirar y quemar la obra del general que lideró el Ejército Libertador del Sur.
En el camino, varios integrantes de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) golpearon a activistas de la comunidad LGBT que se encontraban en el Palacio de Bellas Artes.
Tras el incidente violento en Bellas Artes, la Secretaría de Cultura rechazó la agresión y reviró a los campesinos que buscaban retirar la pintura del general Zapata: «No aceptamos la censura y la violencia como armas de presión política y artística».
A la agresión, activistas de la comunidad LGBTI respondieron con un llamado a defender la obra de Cháirez, la libertad de expresión y los derechos culturales. La convocatoria se realizará el viernes 13 de diciembre en la Explanada de Bellas Artes, según difundió en su cuenta de Twitter el artista, que ha retratado a otros símbolos de la masculinidad mexicana: los charros y luchadores enmascarados.
La polémica por la obra de Zapata dividió a los mexicanos y tocó fibras sensibles respecto al arte, la libertad de expresión, la figura de los héroes nacionales y el machismo.
Con el hashtag #ZapataGay, algunas personas debatieron sobre si Emiliano Zapata efectivamente había sido bisexual. Mientras que otros cuestionaron si la figura del héroe nacional antimachista era realmente lo que había hecho tanto ruido.
Por su parte, una usuaria de Twitter adaptó una vieja frase para revivir al general como un aliado feminista: «Si Zapata viviera, en tacones anduviera».
El propósito de la polémica obra de Cháirez era romper con los estereotipos de masculinidad mexicana. No obstante, parecen que siguen muy presentes en pleno 2019.
Para el 56,6 % de la población mexicana, no se justifica que las personas practiquen tradiciones o costumbres «distintas» a las mexicanas. Además, el 64,4 % piensa que no es justificable que dos personas del mismo sexo vivan juntas como pareja, según la Encuesta Nacional sobre Discriminación (Enadis) que elaboró el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Con la obra del artista, el «Año del Caudillo del Sur» sirvió no solo para poner en el debate público la lucha campesina, sino también para abrir la puerta y tocar la dolorosa (y frágil) masculinidad mexicana.
José Beltrán / RT