La simulación de Cuitláhuac
El presidente Andrés Manuel López Obrador emitió el jueves 13 una carta que aplica al 100% sobre lo que pasa en Veracruz con Cuitláhuac García Jiménez.
El grave nepotismo que se vive en toda su expresión con acento morenista en la pirámide burocrática del Gobierno del de Veracruz.
En la misiva, el Presidente López Obrador les recuerda a la clase política morenista que no acepta de ninguna manera la corrupción, el amiguismo, el compadrazgo, el nepotismo y ninguna de las lacras que heredó el antiguo régimen.
Pero, curiosamente, en Veracruz se ejerce con gran orgullo y con todo el “pinche poder” del joven gobernador Cuitláhuac García.
La carta del Presidente va dirigida, evidentemente, a los Secretarios del Gobierno Federal, a los directores de Empresas u Organismos Paraestatales, y a todos los Servidores Públicos en general.
Aunque los estados son autónomos e independientes, queda al albedrio de las Legislaturas de los estados si fortalece o no la Ley del Nepotismo para sancionar a los servidores públicos de los tres órdenes de Gobierno.
En Veracruz, lamentablemente, la Ley del Nepotismo es letra muerta desde los regímenes priistas, panistas y ahora morenista. Desde el principio del actual sexenio el gobernador CGJ y sus testaferros se pasan por el arco del triunfo las normas que castigan el odioso nepotismo. Es un auténtico simulador falaz.
El mensaje obradorista que dirige a todos sus subalternos del Poder Ejecutivo federal con la instrucción de no permitir bajo ninguna circunstancia la corrupción, el influyentismo, el amiguismo, el nepotismo o alguna de “esas lacras de la política del antiguo régimen”, es a todas luces un discurso de corte populista.
Obrador asegura que no está permitido que ni su esposa, sus hijos, hermanos, hermanas, primos, tíos, cuñados, nueras, concuños y demás integrantes de su familia, ocupen puestos de gobierno, o pidan, o realicen gestiones aprovechando su parentesco con él.
Pero en Veracruz su exhorto, su retórica celestial y su abominación a la patología del nepotismo que tanto daño han causado a la sociedad civil y a las arcas del gobierno en turno, tuvo como destino final el cesto de la basura.
Y despertó de inmediato la sorna, la hilaridad y la suspicacia de la clase política morenista, porque el nepotismo en la entidad es como un deporte.