Veracruz, hundido en la pandemia de la violencia, pobreza y desempleo

Cuitláhuac García rindió protesta hace un año. Foto: Ilustración.

  • El cambió que ofreció el gobernador morenista Cuitláhuac García ha sido para beneficiar a una clase política ineficiente, improvisada, voraz, moralina, nepotista y acuartelados en su Torre de marfil

Gaudencio GARCÍA /

12HORAS / XALAPA, Ver.-El cambio que ofreció Cuitláhuac García Jiménez el primero de diciembre de 2018 con dosis de apóstol reivindicador para extinguir las pandemias que agobian a Veracruz, originado por los regímenes autoritarios y el quebranto del estado de derecho, ha sido a cuenta gotas, pírrico y quimero.

Con la bandera de barrer de fondo la corrupción, impunidad, inseguridad pública, nepotismo, amiguismo, tráfico de influencias y las secuelas del Estado ‘cleptocrático’ que han frenado por más de 30 años el desarrollo social de Veracruz, el gobernador morenista se comprometió restaurar el debilitado Estado de derecho, que pareciera un vano intento de su equipo de gobierno.

Los delitos de alto impacto social que son como la plaga de la marabunta, como  nunca en la historia, atacan a ricos y pobres. La sociedad civil, empresarios, cámaras prestadoras de servicio, iglesias, intelectuales, periodistas, artistas y liberales, lamentan que el gobierno estatal no “escuche sus demandas para mejorar la seguridad en cada localidad de Veracruz”.

“No es suficiente que se reúnan las fuerzas castrenses, policía estatal y municipal con el gobernador”, advierten.  “Hace falta que  convoquen a los sectores productivos periódicamente para que escuchen nuevas propuestas para abatir los índices de criminalidad”.

Las cámaras prestadoras de servicio del Estado, a los que por cierto les adeuda compromisos de pagos, se quejan de que el gobernador Cuitláhuac García le invadido “la soberbia y la indolencia,  no los recibe en Palacio de Gobierno, para tratar  proyectos de inversión e inseguridad”.

Los regímenes autoritarios heredaron un Estado con instituciones públicas “colapsadas”,  aparatos de administración, procuración y seguridad vulnerados por el deficiente estado de derecho y el odioso centralismo político, pero el gobernador morenista tuvo el suficiente tiempo antes de tomar posesión para diseñar un plan ambicioso que permitiese restaurar el imperio de la ley.

A escasos  días de  cumplir 12 meses de su Primer Año al frente del gobierno de Veracruz, Cuitláhuac García navega entre la entelequia, la utopía y el fracaso de la mayoría de sus programas sociales para reencauzar la entidad al progreso, al desarrollo y bienestar social.

La inversión en programas en materia de infraestructura carretera, al campo, construcción de hospitales y equipamiento, dotación de medicinas, medio ambiente, educación, seguro contra desastres naturales y prevención por el cambio climático, han sido pírricos, insuficientes y, en algunos casos, presentan elevados subejercicios presupuestales que son penalizados.

Paradójicamente, en los 12 meses del régimen morenista, poca atención mereció la carpeta del Duartegate que causó un quebranto a las arcas del gobierno estatal por más de 55 mil millones de pesos, porque están enfocados en  los daños patrimoniales que dejó el gobér panista Miguel Ángel Yunes Linares.         

Veracruz se hunde en el fango de la inseguridad pública por la guerra desatada por el crimen organizado; a los “abrazos, responden con balazos”; de la pobreza extrema, de la multiplicación de localidades desposeídas y falta de oportunidades de empleo.

No hay liderazgo político que llevé a la cima del progreso y bienestar a los 8 millones de veracruzanos. La figura de tlatoani lo empequeñeció. Cada secretario de despacho, por si fuera poco, planea su propio futuro político, en lugar de conciliar y respaldar a su jefe, el gobernador morenista.

Los decretos de “disculpas” que trasmite Cuitláhuac García a la sociedad civil por agravios de exservidores públicos, según los propios sectores, tienen un fondo demagógico porque son un espejo de lo que externaba el expresidente José López Portillo, en cada informe de Gobierno: “Defenderé el peso como un perro”.

Un año del gobierno morenista, marcado por contradicciones y retrocesos, con éxitos fatuos, de acuerdo con la perspectiva de los sectores productivos de la entidad.        

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.