¡Uy qué miedo!
Cecilio García Cruz
Jesús te Ampare
“Hace 36 años se fue a rumbear al cielo mi inolvidable amigo Chico Che, descanse en Paz un consentido del pueblo”, escribió el respetado amigo Carlos Darío Arcos, músico y cantante, director de la popular banda Rams.
Quizá el nombre de este Ciclón del Sureste (Tabasco) no se identifique de inmediato por ser simplemente Francisco José Hernández Mandujano.
Un nombre desconocido en el ambiente musical rumbero de nuestro país.
Sin embargo, su ingenio musical sigue vigente haciendo bailar, vibrar y delirar al más tímido, al más culto, al más tullido, al más ladrón, con temas cotidianos ocurrentes que difunden la idiosincrasia de los barrios mexicanos.
Nos referimos a quien en vida llevó el nombre artístico derivado de los hipocorísticos usados en el español hablado en Tabasco: “Chico”, por Francisco y “Che”, por José.
La propia presidenta de la República Claudia Sheinbaum, y su amiga la gobernadora Rocío Nahle “movieron el bote” en su juventud con ese ritmo pegajoso, gracioso y hechicero que cruzó las fronteras hasta llegar a Las Vegas, donde hizo pecar y “rumbear” torpemente a casi todos los apostadores.
El verdadero Ciclón del Sureste –con su enorme carisma y overol bien puesto–, integró el grupo “La Crisis”, con un estilacho tropical único que con el tiempo formó parte del legado musical de México al mundo.
De cuna humilde, se convirtió en un ídolo de masas de los años 70 y 80, con ese ritmo algarero y chusco que cautivó a millones de seguidores.
Solo Rigo Tovar, el de “Mi Matamoros Querido”, fue su “rival” en popularidad, ganándose el título de “El padre de la música grupera y tropical”.
Los éxitos musicales más impactantes de Chico Che, parecen que tienen dedicatoria para algunos personajes políticos.
Y mire usted porqué:
Angélica Rivera, exesposa de Enrique Peña Nieto: “¿Quén Pompó?”, por el asunto escandaloso de la Casa Blanca, lujoso domicilio en Lomas de Chapultepec, valuado en 86 millones de pesos.
La entonces primera dama fue aconsejada a dar la cara y defenderse. Sin embargo, la descarada corrupción dio la puntilla a la credibilidad del gobierno de Peña Nieto.
A Bill Clinton le dedicó “Macorina Pon Pon”, por la atractiva becaria Mónica Lewinsky, una activista que laboró en la oficina OVAL de la Casa Blanca.
El presidente admitió haber tenido “una relación inapropiada” (Macorina pon pon/ Macorina ponme la mano aquí…).
A Miguel Ángel Yunes Linares (PRI, PAN y MORENA), a quien miles de veracruzanos lo consideran “traidor de la patria”, el más temido en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, Chico Che le escribió ¡Uy qué miedo! (mira como estoy temblando…).
Al senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara –acusado de ultraje y agresor sexual–le dedicó “Los nenes con los nenes” (no juegues con las nenas/ porque pierdes tu tiempo…).
Al hombre que grita ¡El gas, llegó el gaas! Cuitláhuac García, Chico Che le escribió “De quen chon” (esos ojos que miran bonito/ los piecitos que bailan mi ritmo…).
Dueño de su inseparable overol, Chico Che nació en Azcapotzalco (CDMX) pero siempre precisó ser nativo de Tabasco.
¡Uy que miedo!
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