Se quejan restauranteros de la zona Diamante de Acapulco por la ayuda “insuficiente” de Obrador

Foto: Alina Navarrete

  • El apoyo enviado por el gobierno de México es insuficiente en comparación con los recursos que necesitan para poner en pie sus negocios; restauranteros y hoteleros entrevistados por Latinus dijeron que la inversión que deben hacer es millonaria.

Alina Navarrete Fernández / Corresponsal

LATINUS / GUERRERO.- Los restauranteros de la playa Bonfil, ubicada en la zona Diamante de Acapulco, aún sufren las secuelas de “Otis” porque sus negocios no sólo fueron afectados por los vientos, sino que el fenómeno conocido como mar de fondo que llegó con el huracán acabó con la zona y ahora socava las construcciones.

Para los damnificados, el apoyo enviado por el gobierno de México es insuficiente en comparación con los recursos que necesitan para poner en pie sus negocios; restauranteros y hoteleros entrevistados por Latinus dijeron que la inversión que deben hacer es millonaria y por eso piden un plan emergente que incluya la entrega de créditos a la palabra, con cero por ciento de interés.

El programa de apoyo, señala Sergio Mejía, propietario del restaurante Gaviotas II, ni siquiera contempla algo muy común en la zona, que los propietarios de los negocios viven junto al establecimiento.

“Quienes tenemos nuestros negocios, pues también tenemos nuestras casas aquí mismo, en Acapulco, y nos decían o censas tu negocio, o tu casa”.

Foto: Alina Navarrete

Ante este panorama, llaman al presidente Andrés Manuel López Obrador a que recorra la zona afectada para que vea la realidad, ya que Acapulco no se ha recuperado, como sostiene el gobierno.

“Ya van más de ocho visitas del presidente y no ha recorrido ninguna comunidad, ninguna colonia, tiene temor, sabe que las cosas no las ha hecho bien, sabe que su equipo le ha fallado, sabe que el gobierno del estado no está haciendo las cosas bien”, dijo Mejía.

En la playa Bonfil hay 40 negocios afectados, sólo Sergio Mejía necesita unos 2 millones de pesos para poder reparar los daños, levantar su local y comprar los insumos que necesita.

Debido a que el mar de fondo persiste, el empresario se vio en la necesidad de comprar piedra de cerro para construir un muro de contención que sirve como un rompeolas para evitar más daños a la estructura de su local, para ello invirtió 125 mil pesos, una cantidad mayor a la que el gobierno entregó a los damnificados.

La gobernadora Evelyn Salgado Pineda visitó la playa Bonfil el pasado 21 de noviembre y prometió a los restauranteros que para el 20 de diciembre, Acapulco estaría de pie, pero para los afectados se necesita más que una palmada en el hombro para reconstruir todo lo que perdieron.

El Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) explica que el mar de fondo es un oleaje largo y continuo que se genera por las tormentas en el mar. 

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