México ‘bananero’, herencia del talibán
PLANA MAYOR
No se esforzó mucho el talibán de Palacio Nacional para derrumbar la vieja estructura del aparato gubernamental, que data de la época de la Revolución, para que a la vuelta de 5 años y 9 meses convirtiera a México en una ‘república bananera’ y cleptocrática. Un narcoestado.
El viejo traidor del PRI, donde se forjó ideológicamente, para brincar después al bloque del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional con Cuauhtémoc Cárdenas y aterrizar más tarde en el PRD-antes PSUM-, le pegó zorrunamente al hígado al partido fundado por Plutarco Elías Calles, que ya venía dando tumbos desde el año 2000.
El torquemada de Macuspana ya traía en mente destruir las instituciones públicas, que, con trabajos esforzados de los liberales progresistas como Jesús Reyes Heroles, se convirtieron en contrapesos del gobierno federal y de los estados.
Doblegado el expartido oficial por los votantes, que en cada en cada elección le daban la espalda, con la defenestrada corrupción del expresidente Enrique Peña Nieto, al que, por cierto, el actual presidente de la cuatroté se convirtió en su cómplice al soslayar someterlo a juicio penal.
Astuto en la traición, la mentira y la inquina, Obrador acumuló un poder público inmenso como en la época de los presidentes autoritarios (1982) que datan de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo. Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Nunca soñó el talibán-según el Diccionario de la Real Academia Española se les dice a los “fanáticos intransigentes”-poseer tanto poder como el que tuvieron los expresidentes de la república de la época dorada de la ‘dictadura perfecta’ del PRI.
Así lo definía y lo sigue definiendo el escritor peruano-español Mario Vargas Llosa con las acciones y decisiones verticales de Morena.
Pero lo peor de la patología del síndrome de hubris (hybris) del también llamado Robespierre de Macuspana, es que al desaparecer por decreto del Congreso de la Unión-su cómplice-los contrapesos autónomos, se ha pasado por el arco del triunfo la rendición de cuentas y la transparencia.
Por decreto, convirtió al país, a México, en una república ‘bananera’, que según Wikipedia, describe a un «país que es considerado políticamente inestable, pobre, atrasado y corrupto», vulnerando la Carta Magna sistemáticamente y pasando por encima de los órganos electorales para llevar al poder a su partido.
La reputación que gozaba el país se perdió por las decisiones autoritarias -entramos en la etapa de la autocracia de facto-del presidente de la república, que obnubilados, han dado al salto a una república omnipotente, corrupta y mentirosa (mitómana) en agravio de los mexicanos.
No es una exageración, lo que viene para México en los próximos seis años no es alentador. Secuestros, derechos de piso, extorsiones, ejecuciones, desempleo, persecuciones por sus filias y fobias, entre otros males endémicos se elevarán a la quinta potencia. Las pandemias que desató el mitómano de Macuspana provocaran el recrudecimiento de la narcoviolencia en la mayoría de los estados del país.
No estaría por demás que, la discípula de Obrador al asumir la presidencia de la república realice un exorcismo…político para combatir las energías negativas de la silla presidencial, que dejará un país con ríos de sangre, cerca de 200 mil desaparecidos, ejecuciones y barbarismo galopante.
AL calce…Cuitláhuac García tampoco dejará buenas cuentas al imaginario colectivo, deudas y más deudas, corrupción. Los talones de Aquiles del gobierno de Veracruz: Seguridad Pública, Tránsito del Estado, Prevención y Readaptación Social.
Los agravios a los veracruzanos son múltiples: Olímpicamente desapareció por decreto la partida oficial para cubrir el pago de deudas rezagadas que dejó el exgóber Javier Duarte por mil quinientos millones de pesos a medio centenar de medios de comunicación, grandes, medianos y chicos. Los recursos económicos, simplemente se los embolsó a su cuenta bancaria. Está narrativa, en otro texto.
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