Mexicanos migrantes: mexicanos de segunda para AMLO


        En diciembre pasado, durante una gira por Veracruz, el Presidente López Obrador dijo que los mexicanos migrantes en Estados Unidos son “héroes anónimos” o “héroes vivientes” que envían cada año 36 mil millones de dólares a sus familiares, lo que coloca a las remesas como la principal fuente de ingresos que tiene nuestro país.

Sin embargo, el gobierno federal les ha arrebato cualquier derecho como mexicanos. Ha dejado de destinar recursos para el apoyo social de nuestros connacionales y sus familias –principalmente los programas 3×1 y el Fondo de Atención al Migrante-, para destinarlos a tareas de seguridad en la frontera y repatriación.

El programa 3×1 lograba beneficiar a las comunidades de origen de los migrantes con la ejecución de proyectos de infraestructura, en los que nuestros paisanos aportaban recursos muy importantes para la construcción de estas obras. A su vez, el Fondo permitía apoyar a nuestros paisanos en el retorno a sus lugares de origen para encontrar una ocupación dentro del mercado formal e incrementar sus opciones de autoempleo. Hoy esos programas no reciben un centavo.

Para la 4T, nuestras comunidades en los Estados Unidos sólo cumplen un papel de generadores de divisas y envío de remesas a sus familias, lo que incluso, presumen cómo si fuera un logro del gobierno federal. Hasta ahora, la política exterior en materia de atención a migrantes se ha centrado en cumplir los compromisos adquiridos con el gobierno de los Estados Unidos, es decir, de policías fronterizos.

Ni siquiera en este momento de crisis, los mexicanos migrantes han sido una población objetivo de la política social del gobierno federal. La desaparición de estos programas significó un quebranto para millones de personas que por distintas razones decidían regresar al país y emprender alguna actividad productiva en su lugar de origen.

En las últimas semanas, nuestro Grupo Parlamentario en el Congreso (PRI) ha promovido una iniciativa que será un tema prioritario en la elaboración del Proyecto de Presupuesto de la Federación 2021: se trata de la reactivación del Programa 3×1 para Migrantes, así como el Fondo de Apoyo a Migrantes y el Fondo Fronteras.


Así también, hemos propuesto destinar el 10% del gasto correspondiente a programas sociales hacia aquéllas acciones a favor de los mexicanos residentes en Estados Unidos y aprobar más recursos para respaldar los proyectos productivos de migrantes que retornan al país con motivo de la crisis económica y los efectos de la pandemia.

En lo inmediato, el PRI ha promovido un exhorto para que el gobierno mexicano revise y atienda las condiciones en que se encuentran miles de mexicanos retenidos en los centros de detención en Estados Unidos en espera de ser deportados, muchos de ellos presuntamente contagiados por el virus del Covid19. Es urgente reducir los tiempos de deportación como una defensa de sus derechos humanos.

El Gobierno mexicano no puede ser omiso ante las violaciones permanentes a los derechos humanos y actos arbitrarios de los que son víctimas nuestros connacionales durante su proceso de deportación; se deben generar mecanismos institucionales de protección, durante y después de la emergencia sanitaria, con el objetivo de proteger su salud y la de sus familias.

No se deben vender embajadas y consulados sino destinar recursos a la defensa consular de los mexicanos en el extranjero. Basta decir que el 79% de los casi 700 mil jóvenes beneficiados por el programa DACA –conocidos como dreamers- son de origen mexicano. En lo político también tienen restringidos muchos de sus derechos. Algunos de ellos tienen que ver con su representación política en las Cámaras, en los Congresos y en los Ayuntamientos, el pleno goce de su derecho a votar y ser votados, así como la libertad de realizar proselitismo electoral.

Por muchos años he tenido he tenido un vínculo muy estrecho con muchas comunidades de mexicanos que radican en Estados Unidos. He tenido la fortuna de ser el Presidente Honorario de la Federación Veracruzana USA, asistir a encuentros bilaterales y participar de la lucha de nuestros paisanos para enfrentar la discriminación y políticas migratorias.

Los migrantes no son extranjeros con raíces mexicanas, son mexicanos que viven en el extranjero. Entender esta diferencia ayudará a que el gobierno federal deje de darles un trato desigual y discriminatorio y de asumir que se trata de mexicanos de segunda.

Es hora de que el Presidente deje mirar a los mexicanos migrantes como simples patrocinadores del desarrollo en sus lugares de origen para que reciban el trato de mexicanos de pleno derecho.

*Candidato perdedor del PRIa la gubernatura de Veracruz en las elecciones de 2016 y del proceso interno priista de 2018 por el efecto “Meade”.


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