La gran farsa
Desde a Janela
La política por su propia naturaleza se basa en algunas mentiras, ya que para alcanzar o mantener el poder muchos políticos ofrecen cosas que bien saben que no van a lograr cumplir, aunque necesitan generar algunas expectativas en la sociedad para aumentar o mantener su popularidad.
Lo anteriormente descrito no es de ninguna manera lo ideal, pero es lo que sucede y más cuando se amplía sin ton ni son el programa electoral, ya que, por querer quedar bien con todos los probables electores, el candidato empieza a prometer a diestra y siniestra cosas que ignora si va a poder cumplirlas en su totalidad.
Hasta ahí hablamos de una política cuestionable pero todavía normal en un sistema democrático en el cual el que se postula necesita quedar bien con todo el mundo y el incumplimiento de algunas de sus promesas se debe o bien a la falta de tiempo o a que al suscribirlas no midió correctamente el alcance de las mismas.
Lo verdaderamente grave se da cuando todo el programa político que se ofrece a la sociedad está basado en una mentira y esa mentira se vuelve el hilo conductor del gobierno, ya que lo que realmente se pretende es empoderarse sin importar que se defraude a los electores.
Y por desgracia esto último es lo que está sucediendo actualmente en México, ya que el gobierno de López Obrador y sus secuaces alcanzó el poder y trata de mantenerlo en base a una grandísima mentira, la cual desde el principio sabían que lo era y más debido a que sus intenciones eran y son mantener esa mentira.
Y ese gran engaño no es otra cosa más que la supuesta lucha en contra de la corrupción, ya que si se dan cuenta amables lectores, toda la autollamada 4t está basada en el discurso de lucha en contra de la corrupción y así desplegaron sus banderas diciendo que México era un país plagado de corrupción (en lo cual tenían razón), pero que ellos iban a combatirla porque eran honestos y con el simple hecho de que su amado líder López Obrador llegara al poder, la corrupción se iba a acabar porque son diferentes (hasta ahí todo normal: un reto formidable e imposible de cumplir en su totalidad pero que medianamente se puede comenzar a cumplir).
Mas el embuste total se dio cuando incluso desde antes de tomar el poder, se comenzaron con las corruptelas, sí esas que supuestamente se iban a terminar, haciendo una consulta corrupta para cancelar el aeropuerto y en su lugar construir otro, dando el proyecto a unos amigos y al ejército, el cual siempre se ha desenvuelto en la opacidad total.
A partir de ahí, todo ha sido corrupción en el gobierno y casi cualquier cosa que emane del gobierno federal proviene de la corrupción y así tenemos que hasta cosas que en apariencia no están relacionadas con la corrupción como la muy cuestionada actuación de López-Gatell en relación a la pandemia, proviene de la corrupción y es que sencillamente a dicho funcionario, que por cierto hace muy buen honor a la segunda parte de su apellido compuesto, se le señala por no haber querido gastar lo necesario para desempeñar su labor, comprar pruebas y vacunas, ya que al no gastar dinero en salud, se puede destinar para pagar a los cuates las obras que se les dieron por asignación directa.
Sucediendo lo mismo al tener al ejército como el mayor ejecutor de obra pública, ya que nadie le pide cuentas y no se sabe que tan enriquecidos están sus altos mandos, pero imágenes como la del general secretario lleno de medallas, nos permiten suponer que no la están pasando nada mal en cuanto a dinero se refiere.
Otro rubro que también nos deja ver de cuerpo entero el tamaño de la corrupción que a tres años de que arribaron al poder los que supuestamente la van a combatir es el dominio total que tiene del territorio nacional el crimen organizado, con el terror y las muertes que ello conlleva pero que ninguna autoridad de las que debe de combatirlos (federal) lo hace y así tenemos que hasta el presidente se reúne para comer unos tacos con los mandamases de la organización criminal más grande que existe en el país y a la cual se le ha dado un trato mucho más que amistoso en casi todo el país.
Así que como pueden darse cuenta, Andrés Manuel López Obrador y sus compinches desde un principio sabían que no iban a combatir la corrupción, sino que, por el contrario, llegaron con toda la intención de formar el gobierno más corrupto de la historia de este país, cosa que metódicamente están logrando y ahí están las evaluaciones de organizaciones internacionales que ponen a México en el grupo de países con mayor corrupción el mundo a pesar de que supuestamente se está combatiendo como nunca a la corrupción.
Sin embargo, esa lucha anticorrupción es una mentira en todos sus aspectos y ya es tiempo de darse cuenta de que los mexicanos nos encontramos frente a la más grande farsa que jamás se nos había montado.
Twitter: @FelipeFBasilio