La estrategia de Bukele para resolver la inseguridad en Veracruz

De no haber sido por el arrojo, la valentía y la desesperación de un empresario en Minatitlán, hoy seguramente estaríamos contando la historia de otra masacre inimaginable al interior de un concurrido bar de este municipio.

En las últimas semanas Veracruz se ha convertido en un campo minado por la inseguridad. Todos los días hay noticias de ejecuciones y secuestros, que sólo vienen a alimentar la tragedia de atestiguar al menos una masacre por mes desde que inició la actual administración estatal.

En Tuxpan, esperan con terror cada jueves, porque coincide con el homicidio de alguna persona conocida de la sociedad porteña. En Xalapa han vuelto las balaceras por cobro de piso, como la ocurrida la madrugada de ayer.

En Poza Rica hay una persecución directa en contra de los colectivos y personas buscadoras, como fue el caso del padre golpeado a muerte por policías municipales o la reciente desaparición de la hija de una madre buscadora.

El recuento es brutal, con un epicentro de violencia en los municipios de Coatzacoalcos, Córdoba y Tuxpan, todos ellos gobernados por Morena. Sugerir siquiera que a los delincuentes “se les acabó la fiesta”, es una confesión involuntaria de que el gobierno no ha dimensionado la crisis de inseguridad que heredó de la administración anterior.

Seguimos siendo el estado con el mayor número de fosas clandestinas en el país, pero tenemos una Comisión de Búsqueda acéfala, vista como un botín económico y político. La lista de jóvenes desaparecidos –la mayoría de ellas mujeres- crece vertiginosamente ante un gobierno paralizado por la incompetencia burocrática.

¿Es posible detener la ola de violencia que abraza a Veracruz y devolverle la paz? ¿Es posible ‘exportar’ un modelo similar al impuesto por Nayib Bukele en El Salvador? Por lo menos, habría que abrir el debate.

En septiembre pasado, el Informe de Seguridad Global de la consultora Gallup colocó por primera vez a El Salvador entre los países “más seguros” del mundo, al señalar que 88% de los ciudadanos se siente seguro caminando por la noche en la nación centroamericana.

En enero de este año, la percepción de inseguridad en Coatzacoalcos alcanzó al 68.3 de los habitantes, es decir, 7 de cada 10 ciudadanos tienen miedo de vivir en ese municipio, donde incluso hoy se ofrece una recompensa de 700 mil pesos por información sobre una pareja estadounidense desaparecida en julio de 2024

.Si ofrecieran esa cantidad por cada par de desaparecidos mexicanos, el gobierno ya no tendría presupuesto para nada más.

Lo que propone Bukele es que en México se resuelva la inseguridad estado por estado. Para el caso de Veracruz, el modelo implicaría resolver la inseguridad en las ciudades con mayor incidencia –Coatzacoalcos, Tuxpan, Córdoba, Veracruz y Xalapa-, para ir reduciendo los espacios a la delincuencia organizada.

El Salvador es un país con apenas 6.5 millones de habitantes frente a los 8 millones de veracruzanos. Tiene una extensión de 21 mil kilómetros cuadros, menos de la tercera parte de los 71.8 mil del estado de Veracruz. Las diferencias económicas son más profundas. El pacto con la delincuencia, también.

La velada respuesta de la presidenta Sheinbaum fue la misma que con Trump: con mis delincuentes no se metan.

La puntita

El video de la “abejita” Cazarín sólo confirma el grado de ignorancia y frivolidad que distingue a Morena. No hay nada tan grotesco, tan infame y tan vergonzoso para los veracruzanos.

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