La caja de Pandora de la iglesia Católica en Perú: investigación; pedófilos, abusos e impunidad
El sacerdote de la Prelatura de Huamachuco, Esteban Desposorio, ha enviado decenas de cartas a líderes de la iglesia católica y funcionarios públicos denunciando abusos sexuales y encubrimientos de curas, vicarios y obispos del arzobispado de Trujillo y la citada prelatura. (Foto: Jheyson Soto)
- Denuncias por abusos sexuales y encubrimientos cometidos por religiosos de la iglesia católica, quedan expuestos en una abundante cantidad de cartas, que se revelan por primera vez en esta investigación.
Melissa Goytizolo, para La República, en alianza con CONNECTAS
RT / PERÚ.-Nuevas revelaciones sobre pederastia en la Iglesia Católica podrán a prueba la última de las medidas que el papa Francisco promulgó para luchar contra este flagelo dentro de la estructura
eclesial. Se trata de un amplio dossier de comunicaciones, recolectadas durante varios años, en la que se evidencian decenas de casos de abuso al interior de la Iglesia, y una permanente inacción de las instancias designadas para vigilar que esto no suceda.
Esta revelación hecha por una investigación realizada por Melissa Goytizolo para el diario La República de Perú, en alianza con la plataforma de periodismo latinoamericano CONNECTAS, permitirán ver si aplica con efectividad, alguna de las nuevas normas que el Papa anunció a finales del año pasado, y que busca atender el llamado de sus fieles para que se conozca la verdad y se juzgue a los responsables de los aberrantes casos de pederastia.

A la derecha el cura Manuel Mendoza, denunciado por realizar tocamientos indebidos a un menor de edad. A su izquierda el exobispo Sebastián Ramis, acusado de encubrimiento. (Foto: Facebook Prelatura de Huamachuco)
Este nuevo capítulo en Perú, comienza en 2018, cuando un sacerdote llegó a las oficinas del diario peruano La República. Era Esteban Desposorio, párroco de la Prelatura de Huamachuco, al norte de Perú. Relató que, desde 1999, decenas de jóvenes han confiado historias de abuso a él y a otros cuatro religiosos: Nery Tocto, Agustín Díaz, Elmer Acuña y Antonio Campos.
Desposorio mostró documentos que señalaban de delitos sexuales por parte de sacerdotes de la prelatura, así como del Arzobispado de Trujillo, cuyo máximo representante hoy es Miguel Cabrejos, también presidente de la Conferencia Episcopal Peruana. La información fue el punto
de partida de esta publicación.
Se trata de decenas de cartas firmadas por estos religiosos que denuncian casos de pederastia en el norte peruano, dirigidas a líderes de la Iglesia católica y funcionarios públicos. Acusan encubrimiento de obispos y vicarios, así como castigos que los dirigentes religiosos llevaban a
cabo contra sacerdotes que visibilizan a presuntos abusadores sexuales. El contenido de estos documentos se revela por primera vez en esta investigación que, además, recoge testimonios de los abusos, declaraciones de los curas acusados, así como las amenazas que han sufrido algunos de sus autores por denunciar el panorama de impunidad que se vive en esta región peruana.
En 2016, Desposorio y los otros cuatro religiosos, conformaron la Comisión de Escucha a las Víctimas de Abusos Sexuales de la Prelatura. Una de sus acciones ha sido el envío de cartas, donde cuentan lo que saben a autoridades de la Iglesia en Lima, Chimbote y La Libertad, así
como a funcionarios públicos e instituciones estatales del departamento norteño. La mayoría sin respuesta.

El presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, Miguel Cabrejos, fue acusado por los religiosos denunciantes de encubrir delitos sexuales. A través de dos representantes Cabrejos negó las imputaciones. (Foto: Virgilio Grajeda, La República)
Ante la ausencia de atención al interior de la Iglesia y por las autoridades, los religiosos acudieron a la prensa. En una comunicación de 2019 se menciona a 12 curas que según ellos estarían implicados en casos de abuso sexual. El documento detalla que los religiosos escucharon a más de 100 jóvenes, quienes les contaron sobre vejámenes cometidos por sacerdotes católicos. Algunas de las víctimas les permitieron revelar sus nombres y dar paso a una denuncia en fiscalía; otros, la mayoría, pidieron mantener sus identidades bajo reserva.
Algunas denuncias quedaron registradas en varios escritos enviados a Sebastián Ramis, entonces obispo de la Prelatura de Huamachuco, acusado de favorecer a curas denunciados por pederastia. Como se lee en una carta de enero de 2016, le reclamaban por apoyar a Tulio Montenegro, Emeterio Castañeda, Marco Tito, Manuel Mendoza y Walter Reátegui, sobre quienes, según los religiosos denunciantes y documentos a los que tuvo acceso la investigación, ya había acusaciones de delitos sexuales.

“Felipe” nos relató que cuando tenía 15 años el sacerdote Manuel Mendoza le realizó tocamientos indebidos en un bus, durante la noche. (Foto: Jheyson Soto)
Las denuncias de Desposorio y sus colegas, han desatado una batalla de acusaciones y desmentidos al interior de la iglesia. Además del señalamiento sobre un trato diferenciado, de que había conocimiento previo sin acción y la ausencia de respuesta a las denuncias, se señala que se dispuso de los mismos sacerdotes denunciados para que hicieran sus propias investigaciones, y que las acusaciones son por envidias, por pugnas de poder internas y que no hay investigaciones de la Iglesia que muestren culpabilidad alguna.
Los señalamientos incluyen desde tocamientos a menores, violaciones, indución a la prostitución de varones, hasta realización de fiestas periódicas donde tenían sexo con menores de edad a cambio de dinero.

Uno de los religiosos denunciantes, Antonio Campos, recibió en su domicilio dos pedazos de papel con amenazas de muerte para él y para su pequeño hijo: “Vas a morir. No ladres a la iglesia. Tu hijo está vigilado” (junio 2019) y “Perro resentido, tus días están contados” (noviembre 2018). (Foto: Jheyson Soto)
El dossier de reclamos y denuncias, van de lado y lado. Los religiosos denunciantes dijeron que padecieron amenazas. Por ejemplo uno de ellos relató que recibió en su domicilio dos pedazos de papel que decían: “Vas a morir. No ladres a la iglesia. Tu hijo está vigilado” y “Perro resentido, tus días están contados”.
Los religiosos denunciantes aseguran que seguirán luchando, pues de lo contrario no habrá armonía ni paz para las víctimas. “Justicia, eso es lo que quiero lograr. Esto es algo que debe terminar de una vez”, aseguró Esteban Desposorio. Asimismo, afirmó que nadie de la Prelatura de Huamachuco ni del Arzobispado de Trujillo se interesó por el tema, a pesar de las cartas que enviaron, y que por primera vez se hacen públicas con esta investigación. Puede consultar las cartas que denuncian casos de pederastia en el norte de Perú acá.
Esta investigación
fue realizada por La República, en alianza con CONNECTAS,
en el marco
de la iniciativa para el Periodismo de Investigación de las Américas, del
International Center
For Journalists (ICFJ).