Impone Morena Reforma Electoral en Veracruz, tras cooptar a diputados del PAN, PRI y PVEM
- Ante la mirada atónita de la sociedad civil, de las ONG’s, de intelectuales, Iglesias, trabajadores, artistas y periodistas, la bancada de Morena sin mayor preámbulo y ante la inquisición de los veracruzanos, cooptó los cuatro votos que le faltaban de los legisladores opositores minoritarios
Gaudencio GARCÍA /
12HORAS / XALAPA, Ver.- Una vez más, se consumó la traición esperada este martes 12 por los diputados satélites para avalar la discordante Reforma Electoral en Veracruz, en tiempos de pandemia, que propuso la bancada mayoritaria de Morena, el partido en el poder.
Ante la mirada atónita de la sociedad civil, de las ONG’s, de intelectuales, Iglesias, trabajadores, artistas y periodistas, la bancada de Morena sin mayor preámbulo y ante la inquisición de los veracruzanos, cooptó los cuatro votos que le faltaban de los legisladores opositores minoritarios. La “chiquillada”, pues.
El partido Morenista en la LXV Legislatura local, que es la mayoría, integrada por conversos del PRI en su mayoría, sin dudarlo puso en práctica las torvas enseñanzas del viejo PRI, del PRD y PAN –los cuales ya probaron las mieles del poder del liderazgo cameral, en ese orden-, bajo la consigna del “oro y el moro” atrajeron para su causa a los débiles diputados de las minorías.
Minorías que desde los gobiernos de Agustín Acosta Lagunes (1980/86), Fernando Gutiérrez Barrios (1986/88), Dante Delgado Rannauro (cuatrienio 1988/92), Patricio Chirinos Calero (1992/98), Miguel Alemán Velasco (198/2004), Fidel Herrera Beltrán (2004/10), Javier Duarte (20010/16), Miguel Ángel Yunes Linares (bienio panista 20016/18) y ahora Cuitláhuac García Jiménez, han jugado en algunos casos el papel de pinzas y, en otros, como negociadores estratégicos para que la bancada mayoritaria en el poder en turno arrase con las iniciativas impopulares del titular del Poder Ejecutivo del Estado.
Este martes se rescribió la perversa historia que protagonizó Morena para fracturar la estructura electoral de la entidad a su favor -a capricho y beneficio del partido gobernante que controla el gobernador Cuitláhuac García sin empacho alguno-, al concertar a los “judas”, “traidores” o simples negociadores que requería para imponer la ilegal Reforma Electoral.
La Junta de Coordinación Política de la LXV Legislatura local, que encabeza Juan Javier Gómez Cazarín, ejecutó sin pensarlo dos veces la legendaria práctica pecuniaria del expresidente Álvaro Obregón: “cañonazos” para doblegar al enemigo. Ofreció el “oro y el moro”.
En este escenario legislativo sombrío, donde se repitió la historia torva y aberrante de 2016: panistas en el poder contra morenistas para imponer al fiscal general del estado, Jorge Winckler Ortiz –hoy prófugo de la justicia-, la bancada mayoritaria convirtió en “héroes” a los legisladores que hicieron pinza para derrotar al bloque opositor del PAN, PRI y PRD.
Pero en el otro lado de la acera, en el frente opositor, las cúpulas opositoras trinaban contra los “traidores” de sus partidos y por atentar contra la democracia en Veracruz. “Vendieron su conciencia al diablo que hoy representa Morena”, advirtieron diputados del PAN. El voto a favor se cotizó en 5 millones de pesos. Fue la denuncia que circuló en los entresijos del poder público.
Con una sonrisa de oreja a oreja los acusados salieron a discreción del recinto legislativo. En la picota mediática quedarán para la historia los cuatro “traidores” o “judas” del entramado legislativo, en espera del juicio que serán sujetos:
Del PAN, Rodrigo García Escalante; del PVEM, Andrea Yunes Yunes-hija del diputado y frustrado candidato a gobernador por Veracruz, el priista Héctor Yunes Landa-, del PRI, Antonio García Reyes, suplente del asesinado líder cañero y diputado priista propietario Juan Carlos Molina Palacios, aún no esclarecido; del MC, Alexis Sánchez García; y el independiente, Gonzalo Guizar Valladares,