Hallan fósil de un ‘dragón alado’ jurásico que vivió hace más de 160 millones de años

Representación artística de un pterosaurio ‘rhamphorhynchine’. Nathan Rogers

  • Los investigadores estiman que el pterosaurio ‘rhamphorhynchine’ encontrado en el desierto de Atacama, Chile, tenía cerca de dos metros de envergadura, una cola grande y un hocico alargado adaptado para una dieta marina.

RT / CHILE.-Un grupo de paleontólogos de la Universidad de Chile descubrió en la región de Antofagasta, en el norte del país, un ‘dragón alado’ que habitó sobre la tierra hace más de 160 millones de años. Este hallazgo representa el primer registro fósil de un pterosaurio jurásico encontrado en el hemisferio sur.

Según detallan los investigadores en una investigación publicada recientemente en la revista Acta Palaeontologica Polonica, durante una temporada de excavaciones realizada en 2009 en el desierto de Atacama fueron localizados un húmero izquierdo completo, dos fragmentos de una falange alar y una posible vértebra dorsal pertenecientes a un único individuo de tamaño medio.

Tras realizar una serie de estudios morfológicos, los académicos lograron determinar que los restos pertenecen a un pterosaurio ‘rhamphorhynchine’. Este ejemplar representa «la primera criatura de este tipo encontrada en Gondwana, el supercontinente prehistórico que posteriormente formó las masas terrestres del hemisferio sur».

Fósiles de pterosaurio hallados en el desierto de Atacama, ChileALARCÓN-MUÑOZ et. al

Para los investigadores, el descubrimiento de este clado de pterosaurio por debajo de la línea del ecuador demuestra que este ‘dragón-alado’ se extendía por regiones muchos más amplias de la Tierra primitiva de lo que se pensaba. «Esto no es (algo) inesperado dadas las capacidades voladoras del orden ‘Pterosauria'», así como por la «conectividad terrestre intermitente entre Laurasia y Gondwana durante el Jurásico Medio y Tardío», explicó Jhonatan Alarcon, coautor del estudio.

Fósil de pterosaurio hallado en el desierto de Atacama, Chile.ALARCÓN-MUÑOZ et. al

Basados en los restos recuperados, los expertos calculan que el ejemplar estudiado tenía cerca de dos metros de envergadura, una larga cola y un hocico puntiagudo, el cual estaba perfectamente adaptado para atrapar a los peces y crustáceos de los que se alimentaba.

Compartir:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.