‘Guerra’ por la dirigencia del PRI no debe ser la peor simulación de la historia: Narro
Narro, Alito y Ruiz. Fotos: Cuartoscuro.
- El exgobernador oaxaqueño Ulises Ruiz y el exsecretario de Salud, José Narro, reiteraron su temor de que el proceso para renovar la dirigencia esté inclinado de antemano en favor del gobernador con licencia de Campeche, Alejandro Moreno
POLÍTICOMX / CDMX.-Dentro y fuera de la sede nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Insurgentes Norte y Colosio ya lo esperaban: solo era cuestión de tiempo, es decir el lanzamiento de la convocatoria, para que los aspirantes a la dirigencia nacional iniciaran las escaramuzas con miras a la “guerra civil” en que se puede volver la jornada interna del 11 de agosto. Como en cascada hemos observado la licencia de Alejandro Moreno “Alito” como gobernador de Campeche, así como las quejas de José Narro y Ulises Ruiz de que “hay cargada” en este proceso.
Desde ahora se advierte la importancia del papel conciliador que pueda jugar la actual dirigente, Claudia Ruiz Massieu, así como el rol inédito de la Conferencia de Honor, integrada por cinco miembros, para promover “los entendimientos y la construcción de acuerdos políticos entre los eventuales aspirantes”.
Por lo pronto fuimos testigos de un movimiento poco usual: Alejandro Moreno Cárdenas «Alito» pidió licencia para separarse de su cargo como gobernador de Campeche, para buscar un «nuevo proyecto político», que sin decir plenamente a qué se refería se entiende que es para atender en tiempo y forma la convocatoria emitida.
Para no dejar que el campechano llene los espacios mediáticos en el tema, aparecieron más pronto que tarde los otros aspirantes, haciendo patente el tono que pueden adoptar. El exgobernador oaxaqueño Ulises Ruiz y el exsecretario de Salud, José Narro, reiteraron su temor de que el proceso para renovar la dirigencia esté inclinado de antemano.
En una carta a la opinión pública, el exrector de la UNAM advierte que deben cuidar que el proceso que se organice “no se convierta en la mayor simulación de nuestra historia”. Narro observa que con la votación directa a la militancia ahora se tiene que contar con un instrumento pertinente, esto es, un padrón medianamente confiable; incluso el INE reportó el 23 de enero pasado más de 6 millones y medio de militantes.
Narro no se contuvo y acusó desde ahora a la Comisión de Procesos Internos de actuar de manera parcial y afirma que “con el mayor de los desaseos se incumplió con el acuerdo alcanzado en la reunión antes señalada”, ya que se pretende incorporar a más de 654 mil personas como nuevos militantes, 488 mil de ellos, es decir casi el 75 por ciento, procedentes de cinco estados: Coahuila, Ciudad de México, Campeche, Oaxaca y Michoacán.
Doy a conocer mi posición respecto a la convocatoria para la diligencia del PRI, a la cual soy aspirante. Debemos evitar que este proceso sea la simulación más grande de la historia del partido. Hago saber que no se han respetado acuerdos pactados con la dirigencia nacional. 1/3
En un tramo muy similar los más recientes pronunciamientos del oaxaqueño Ulises Ruiz; advierte que se emite una convocatoria “a todas luces amañada con la finalidad de favorecer al favorito de la cúpula”. Empero, considera que los actuales liderazgos no están leyendo bien la situación por la que atraviesa el partido y para ello pone sobre la mesa dos claros ejemplos: la derrota electoral de 2018 y los resultados en las elecciones de seis estados el 2 de junio pasado.
Quien también encabeza la corriente Democracia Interna considera que al integrar a los militantes recientemente registrados (justo de Coahuila, Ciudad de México, Campeche, Oaxaca y Michoacán) se desajusta la balanza en favor de Alejandro Moreno, “rompiendo con los principios que deben regir la vida interna del PRI” lo que según él, provocará que la militancia se manifieste nuevamente con su voto rechazando estas prácticas en la próxima elección del CEN.
El escenario es complejo para el PRI, no solo por este ambiente político que comienza a gestarse, sino por la capacidad organizativa y financiera que va a desplegar por sí mismo. Pocos expertos creen que los aspirantes puedan respetar el tope de campaña individual de 4 millones de pesos como indicó Claudia Ruiz Massieu; además del propio gasto que implicará y para ello consideran que con solo hipotecar un inmueble podrán solventar este compromiso interno. Las próximas semanas se vuelven sin duda un punto de inflexión para el tricolor.
INE revisará padrón de militantes del PRI rumbo a su elección interna