El INE cumplió y cumplirá
Desde a Janela
La consulta popular del día primero de agosto fue un rotundo fracaso debido a que no convocó ni siquiera al diez por ciento del electorado y las causas de ese fracaso son muchas, pero les puedo asegurar que ninguna de ellas puede ser atribuible al INE.
Es más, es una infamia siquiera hacer la más mínima alusión a dicho instituto por el fracaso experimentado por el gobierno en las urnas, ya que como veremos cumplió con su trabajo a cabalidad.
Como de todos es sabido el INE es la única autoridad que existe en el país con facultades para organizar elecciones a nivel federal y para que pueda operar se deben de cumplir con una serie de requisitos establecidos tanto en la constitución como en las diversas normas secundarias e incluso en normas administrativas de menor nivel.
Mismos que se cumplieron al convocar a la consulta, ya que esta figura existe en la constitución, se hizo dentro de los plazos legales y conforme a las normas aplicables, ya que la pregunta sometida a los electores fue elaborada por una autoridad competente y validada con modificaciones por la Suprema Corte de Justicia.
Así mismo se autorizaron los presupuestos para llevarla a cabo y a partir de ahí el INE hizo todo lo que se tenía que hacer para llevarla a cabo con la calidad de una elección ordinaria, ya que se anunciaron las fechas, las casillas en donde se iba a llevar a cabo las votaciones, se insacularon y capacitaron los funcionarios de casilla, se armó el PREP, de igual manera el conteo rápido, se imprimió toda la papelería electoral (boletas, actas, crayones, mamparas, etc.), se integró el padrón electoral y todo el resto de la parafernalia que se utiliza en todos los procesos electorales del país.
En resumen, el INE fue el encargado de organizar la fiesta, cosa que hizo con el presupuesto que le autorizó el que la mandó a hacer y garantizó que todos los insumos necesarios estuvieran disponibles, ya si los invitados llegaron o no fue otro cantar.
Sin embargo y a pesar de lo anterior, el gobierno ha iniciado una campaña para infamemente echar la culpa del fracaso al organizador de la consulta y esa campaña comenzó con los lamentos del presidente y de Frau Müller, quienes en el fin de semana en que se llevó a cabo el ejercicio, se encontraban en el occidente del país y dijeron que no había casillas especiales en las que pudieran votar, más el presidente del INE les aclaró que en la casilla que correspondía a su domicilio les esperaba una boleta, es decir sus quejas fueron desactivadas con un razonamiento obvio y que es el que aplica para cualquier ciudadano que viaja cuando hay votaciones.
De igual forma otros personajes del gobierno y del partido en el poder se rasgaron las vestiduras diciendo que el INE había saboteado la consulta al poner pocas casillas y lejanas entre sí, cuando fueron los legisladores del partido gobernante los que asignaron un presupuesto de un tercio en relación al que ordinariamente se destina para una elección ordinaria.
Sucediendo algo parecido con otro de los lloriqueos que soltaron desde el gobierno y que consistió en que el INE difundió poco y en pocos días la consulta, lo cual también se explicó que fue así porque la ley dispone que sólo en esos pocos días se puede difundir el ejercicio.
En fin, se pretende descalificar al INE cuando en realidad fueron otros los factores que provocaron el rotundo fracaso de la consulta y esos son atribuibles en primer lugar al gobierno por preguntar un despropósito, en segundo a la Suprema Corte de Justicia porque en lugar de rechazar lisa y llanamente la pregunta original por ser notoriamente ilegal, haber modificado la redacción de la pregunta y hacer un texto difícil de comprender para el elector y el cual además no pedía ni consultaba nada claro y trascendente y por último el fracaso también es atribuible a los dirigentes y militantes del M.R.N. que aumentaron la confusión al promover a propósito una pregunta que no era la que estaba en las boletas.
Así que podemos resumir todo este sainete volviendo al ejemplo del organizador de una fiesta que cumple con su trabajo con el presupuesto que le asignan y que a pesar de ello los invitados no llegan a la fiesta porque no les interesa el festejado o el festejo en sí y luego el que lo contrata le pretende echar la culpa de que su fiesta haya fracasado al organizador que sí hizo su trabajo.
En unos meses viene otra necedad que se va a someter a consulta popular, quizá también fracase o quizá no lo haga, pero lo que sí es una realidad es que de reunirse los requisitos legales el INE, a pesar de las críticas, cumplirá con su trabajo tal y como lo hizo con la última consulta.
Como comentario final les dejo una reflexión: todos estos caprichos electorales a parte de resultar costosos e innecesarios, son una verdadera falta de respeto para todos los ciudadanos que responsablemente e incluso sin tener interés por el ejercicio, ceden su domingo para cumplir con la responsabilidad que el INE les encomienda para conformar una casilla pero no es de extrañar que esa falta de respeto se produzca, ya que viene exactamente de la misma persona que en el 2006 tachó de delincuentes electorales a los funcionarios de casilla que recibieron y contaron los votos y que son al igual que en esta ocasión: ciudadanos comunes y corrientes que cumplen con la obligación de sacar adelante las jornadas electorales.
Por último, les comento amables lectores que por vacaciones de verano de quien esto escribe, esta columna volverá en un par de semanas.
Twitter: @FelipeFBasilio