El hartazgo y la esperanza
La Grilla en Tabasco
Entre lo que se veía venir ya en abril, lo sucedido la noche de los comicios y la calificación de la elección presidencial de este miércoles, no hay mayor sorpresa, como no sea el hecho de que por primera vez no hubo casillas anuladas. El primero de diciembre iniciará Andrés López Obrador una gestión en la cual tiene que responder a la más alta expectativa forjada en torno de Presidente de México alguno.
A decir verdad, la hora decisiva aún está por llegar. ¿Cómo transformar a un país con profunda brecha entre ricos y pobres? En un contexto de crisis económica global agravada por la sobrepoblación, los rezagos sociales y en donde hay muchísimos individuos que ni siquiera saben leer ni escribir, ¿cómo se alcanzará la meta de que México se convierta, en apenas seis años, en la potencia mundial que se nos promete?
Tema más sensible todavía: ¿cómo abatir los altos índices de criminalidad? ¿Basta con el exhorto para que los delincuentes, para que los carteles de la droga, del secuestro, asaltos y extorsión, descubran que hay manera honrada de ganarse la vida? ¿La corrupción se terminó el primero de julio o llegará a su fin en diciembre con el inicio de la Era Obrador?
Todo buen mexicano desea que a Andrés le vaya bien y que alcance sus metas. Ojalá pueda inspirar para que se logre el cambio de actitud en quienes conformamos esta nación grande, diversa, compleja. Ojalá logre que de manera gradual –no es un superhombre ni una divinidad que hace milagros- vaya dándose la transformación.
Ojalá dentro de seis años tanto quienes votamos por él como quienes no lo hicieron podamos congratularnos de nuestra decisión, como lamentablemente no se pudo hacer ante los resultados mediocres y hasta nulos de Vicente Fox Quesada, el primer Presidente emanado de la oposición, quien en 2000 despertó a esta nación y todavía, pese a sus yerros, pudo sacar adelante la candidatura de su correligionario Felipe Calderón.
En lo personal, porque lo conozco desde el día en que lo escuché hablar (hace 41 años) en Guaytalpa, Nacajuca, y fuimos amigos durante los años siguientes aunque más tarde nos distanciamos, espero que en todo momento tome buenas decisiones, mantenga el equilibrio y escuche los buenos consejos.
Ningún gobernante puede lograr metas y conservar la ecuanimidad ante todo tipo de presiones, si no cuenta con un equipo de trabajo que reúna determinados perfiles y cuyos integrantes a su vez tengan la capacidad, el valor, de decirle las cosas como son a su jefe, el cual de antemano recomendó a gobernadores y alcaldes electos no sucumbir ante la adulación.
Andrés tiene nuestro voto de confianza. Cerrará el año e iniciará 2019 con el bono democrático, porque además todo ciudadano cuerdo y medianamente informado está consciente de la gravedad de problemas que se viven. Todos queremos un México mejor, que nunca más en su historia sufra dictaduras; ni las soterradas, como la que nos dio el priismo a lo largo del siglo XX, ni la que usa la bota militar.
Ni mesianismos, ni estructuras clientelares. Régimen de libertades plenas, comenzando por el de la libertad de expresión y manifestación. Quienes disienten no pueden ni podrán ser vistos jamás como enemigos o traidores de la patria.
Por lo que respecta a Tabasco, la esperanza es del mismo tamaño de la gravedad del colapso económico, tensiones sociales y también del miedo que ha sembrado la delincuencia: del coraje, de la fuerte irritación, del hartazgo.
Paciencia y prudencia. Aunque no hay quien no espera ver, a determinado plazo, nuevos horizontes. Entonces nos congratularemos plenamente.
Twitter: @JOchoaVidal