EL ESTIGMA DE LA MUERTE
Foto: Ilustración
EN EL LLANO
Movimiento Ciudadano hace responsable a López Obrador de la “crisis generalizada de seguridad” que vive el país; lo acusa
de intervenir en el proceso electoral y le pide respeto a la
la investidura presidencial: Clemente Castañeda Hoeflich.
Luis Gutiérrez R.
Buena parte de la sociedad mexicana ha sido agraviada desde hace meses por un clima de violencia criminal, extendida a lo político y social, que arroja negros presagios sobre las elecciones del próximo domingo 6 de junio.
Llamo agravio a la incapacidad (manifiesta o deliberada) del gobierno federal para cumplir con uno de sus principales mandatos constitucionales: garantizar seguridad plena a los gobernados. Corresponde a su jefe, el presidente del poder ejecutivo, y a su nutrido y costoso equipo de asesores, asumir la obligación de hacerse corresponsables de la gobernabilidad de la nación.
Es inaceptable que el primer mandatario del país eluda esa responsabilidad, con solo culpar “al crimen organizado” de asesinatos, secuestros y otros atropellos que vulneran la paz pública. No puede ignorar o eludir que al ser reconocido su triunfo en las elecciones presidenciales de 2018, asumió también legitimidad en obligada defensa del Estado, el monopolio del uso legítimo de la violencia en la ejecución de esa orden.
¿Para qué entonces la Guardia Nacional, las fuerzas armadas y los diferentes cuerpos policiacos? ¿Para qué la apresurada construcción de cuarteles militares en numerosas regiones del país, si no es para cumplir cabalmente lo que la ley ordena? ¿Por qué la sustitución de jefes administrativos por mandos militares en las principales aduanas y puertos de la república? ¿Acaso el desmantelamiento institucional de México responde a un plan que todavía desconocen millones de mexicanos?
En lucha por reivindicaciones políticas y sociales han muerto en México, durante décadas, miles de mexicanos. La lucha contra el hambre y la pobreza sigue siendo una bandera demagógica y populista en pleno 2021. Tlatelolco, Acteal, Aguas Blancas, entre otros, han sido los escenarios. Pero a menos de tres años de haber tomado posesión, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se lleva la palma. Está manchado de sangre.
Al momento de redactar estas líneas, a casi una semana del domingo 6 de junio, cuando se renueven 19 mil 915 cargos públicos de elección popular, con datos del 20 de mayo aportados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), porque los “otros datos” ya no sirven, nadie cree en ellos, los registros sobre asesinatos dolosos suman 35 mil 500 por año. La ola de violencia desatada al inicio del proceso electoral, y no obstante el reiterado ofrecimiento de garantizar protección a los candidatos, ha cobrado la vida de 88 mexicanos de ambos sexos.
Tres de ellos pertenecían a Movimiento Ciudadano (MC); fueron asesinados en el mes de mayo: Francisco Abel Murrieta Gutiérrez (candidato a la alcaldía de Cajeme, Sonora); Alma Rosa Barragán Santiago (candidata a la alcaldía de Moroleón, Guanajuato), y Arturo Flores Bautista (candidato a síndico en Landa de Matamoros, Querétaro).
Otra fuente de información es el Indicador de Violencia Política de Etellekt, que señala Consultores, que señala que del total de asesinados en lo que va del proceso electoral, 34 eran candidatos a diputados y 29 eran candidatos a alcaldes, regidores o síndicos. En ese mismo documento Etellekt refiere el registro de 476 hechos delictivos políticos y candidatos, con un saldo de 443 víctimas.
CRISIS DE INSEGURIDAD: MC
Todo este escenario de sangre y muerte se inscribe, además, en golpes trágicos como el accidente ocurrido la noche del 3 de mayo en la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México, presumiblemente causado por mantenimiento deficiente, que causó 26 decesos y casi un centenar de heridos.
En la mayoría de los casos (los asesinatos políticos y el accidente del Metro), la dirección nacional de Movimiento Ciudadano, que encabeza su presidente, el senador Clemente Castañeda, ha señalado inequívocamente la responsabilidad del presidente Andrés Manuel López Obrador, secundado por cuadros como el senador Dante Delgado Rannauro, presidente del Consejo Político Nacional, y el secretario general, Jorge Álvarez Máynez.
Movimiento Ciudadano no deja lugar a dudas: hace responsable a López Obrador de la “crisis generalizada de seguridad, que se debe corregir inmediatamente”. Movimiento Ciudadano hace responsable a López Obrador de la “crisis generalizada de seguridad” que vive el país; lo acusa de intervenir en el proceso electoral y le pide respeto a la investidura presidencial.
Como pocas veces en la historia del país, el estigma de la muerte ensombrece el proceso electoral del 6 de junio próximo. Proceso que por voluntad mayoritaria y por la vía rigurosamente democrática, llegó a reavivar la esperanza de México. Hoy, descabelladamente le insufle vida a un autoritarismo decimonónico, si no es que francamente unipersonal y despótico.
Estigmatizado.
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