¿Diálogo o antagonismo de la señora presidenta?

Los desdeños de Sheinbaum contra la Suprema Corte de Justicia de la Nación para excluirla del acto conmemorativo del 5 de febrero en Querétaro, no conducen a la unidad que tanto requiere en estos momentos el país.

La batahola encarnizada que abrió el Poder Ejecutivo contra el Poder Judicial por la reforma judicial que desembocó en la ley de supremacía, tiene que conciliarse para bien del país.

La señora Sheinbaum debe entender que ningún poder puede estar por encima de otro poder. Cada uno debe mantener su autonomía y soberanía.

Su actuación raya más en el autoritarismo y prepotencia, sinónimo de dictadura o autocracia. Su protector y ‘padrino’, el talibán de Macuspana, han llevado al territorio mexicano convertirse en un país ‘bananero’.

Precisamente el 5 de febrero es motivo de refrendar el respeto a los postulados de la Bandera mexicana y de la Carta Magna, respeto que los gobiernos de la cuatroté la han pisoteado y se la han pasado por el arco del triunfo.

Los mexicanos no votaron por reformar en forma unilateral la reforma al Poder Judicial. Fue y ha sido acto asimétrico del Congreso de la Unión y de la señora presidenta la cuestionada reforma judicial que violenta los derechos humanos de los mexicanos.

El país navega en el peor tobogán que heredó Andrés el tabasqueño a la señora Sheinbaum. La corrupción que dejó el populista de la 4T quedó en el ‘perdón y olvido’.

Los perversos de la película, los chicos malos o los mafiosos son los opositores, los críticos, los liberales y la prensa independiente, según el cristal de doña Sheinbaum y su séquito de testaferros.

En los atípicos tsunamis políticos se requiere unidad al margen de las ideologías o credos para contrarrestar el discurso virulento de Mister Trump y de la barbarie de los cárteles de la droga, ahora llamados oficialmente por el vecino país ‘narcoterroristas’.

El trabajo contra el crimen organizado -que debería ser de fondo del gobierno de la izquierda de la cuatroté-, que cogobierna en la mayor parte del país, lo está haciendo el gobierno republicano de EU al designarlos ‘narcoterroristas’ porque ponen en riesgo la seguridad nacional de los estadounidenses.

Hay que saber escuchar, dialogar, respetar la autonomía, empezando por el propio Poder Ejecutivo federal y, sobre todo, ser humilde.

Autor: Gaudencio García Rivera

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