Mario Javier Sánchez de la Torre

A poco más de una semana de haberse efectuado la jornada electoral de mayor importancia para México del presente siglo XXI, aún persisten comentarios no solamente en los medios de comunicación, sino también en las pláticas cotidianas de quienes se interesan por el futuro del país, sobre el tema que puede para algunos ser importante, pero para otros no, que es: ¿Quién fue el triunfador o perdedor en la elección?

Muy interesantes sin lugar a dudas podrían ser los llamados “debates” que están autorizados por las autoridades correspondientes se efectúen durante los procesos electorales. Pero hay algunas situaciones que se presentan en su estructuración, así como en su desarrollo, que hacen se pierda lo importantes que estos pueden ser. Por parte del Diccionario de la Real Academia Española (RAE), debate es: controversia o disputa. También existen otras definiciones como la siguiente: discusión en la que dos o más personas opinan acerca de uno o varios temas y en la que cada uno expone sus ideas y defiende sus opiniones e intereses.

A tan solo 27 días de que se efectúe la jornada electoral (6-junio-21) del proceso 2020-2021 de mayor importancia para México en lo que va del presente siglo XXI, el ambiente político-social del país, lamentablemente no es positivo. Situación que quiérase o no, está afectando el desarrollo del trascendente proceso, tanto en su organización administrativa, política y de seguridad entre contendientes, como entre lo más importante, la participación del electorado. Pues la injerencia directa de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), violando casi a diario la legislación electoral, convierte al proceso en una elección denominada “de Estado”, que tiene como objetivo claro la alteración de los resultados en favor de los candidatos de su Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), los que lamentablemente para este movimiento en su mayor parte, gozan de un gran desprestigio.

Alarmante por donde se analice, pues no hay ningún fundamento pedagógico válido en la insistencia del gobernador del Estado, Ciutláhuac García Jiménez, para que el próximo lunes 17 de mayo, inicien las clases presenciales en las más de 23 mil escuelas públicas que hay en esta entidad. Independientemente de que para el gobierno estatal ya haya llegado a su fin “exitosamente” la vacunación a más de 197 mil personas del sector educativo oficial, hay otras prioridades que se tienen que subsanar para poder llevar a cabo una acción tan importante, por lo riesgosa, como el regreso a las aulas en los diferentes niveles educativos tanto oficiales como privados del Estado de Veracruz.

A dos semanas de que iniciaron las campañas por la codiciada obtención de la mayoría de las 500 curules de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, como era de esperarse y por la pandemia de Covid-19 que se está viviendo, estas no se notan. Como es del conocimiento de los interesados en lo que pasa dentro del ámbito de la política nacional, estatal y municipal, la elección de los representantes federales es la que lamentablemente menos interesa -erróneamente- a los electores. Actitud que no por eso, les quita la importancia que tienen estos llamados “representantes populares”. Pues como la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CP EUM) lo indica, de sus acciones depende en gran medida el futuro del país y como consecuencia de todos los mexicanos, sean estas erróneas o correctas.

Tanto la actuación del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), como del Instituto Nacional Electoral (INE), respecto a la situación en que se encuentra la candidatura a la gubernatura del Estado de Guerrero, del senador con licencia y presunto violador Félix Salgado Macedonio, durante la semana que hoy llega a su fin, solamente pueden calificarse de institucionales, pues sus actuaciones están fundamentadas en la detallada e importante legislación electoral mexicana. Aunque las múltiples acusaciones por violación que se le han hecho, pero por el contubernio de corruptas autoridades del poder judicial, no se han podido comprobar. Las violaciones que cometió durante el presente proceso electoral, por creerse “todo poderoso”, como su guía espiritual, son las que lo han hundido, pues para su desgracia comprobadas están.

Sin lugar a dudas el proceso electoral que estamos viviendo es el más importante de la historia del país por varias razones entre las que podemos señalar, la gran cantidad de cargos que están en juego, 21, 368 y la principal, la trascendencia de este para conservar la incipiente democracia que hemos venido viviendo a partir del año 2000, cuando por vez primera se vivió la alternancia en el poder presidencial en forma totalmente civilizada, para admiración del mundo y envidia de otros. Pero lamentablemente en esta ocasión, la ambición y el espíritu antidemocrático de los integrantes del gobierno que encabeza la ridículamente llamada cuarta transformación (4T), están con sus acciones, la mayoría de estas fuera de la ley, empañando un proceso electoral igual al que los llevó al poder, por solamente beneficiar, no al llamado “pueblo sabio” que supuestamente defienden, sino a grupúsculos de corruptos que están inmersos en sus filas…

A un mes y seis días de que inicien las campañas de los aspirantes a las alcaldías y diputaciones federales y locales de esta entidad, el panorama político nacional y estatal está bastante revuelto. Aquí, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), aún carece de un dirigente formal, pues el que tiene además de ser un tipo improvisado políticamente, tampoco ha sido avalado en forma definitiva por su Comité Ejecutivo Nacional, lo que seguramente se debe a su improvisación política y que tampoco cuenta con el aval de la mayoría de los importantes grupos de morenistas veracruzanos.