Mario Javier Sánchez de la Torre

Lamentablemente una de las estrategias que cada día se hace más clara en las acciones del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), es la violación no solamente de los derechos humanos de las personas, sino también de las diferentes legislaciones que hay en el país, sin importarle en cual nivel de gobierno tengan vigencia. A nivel federal tenemos en este momento la situación que el ex candidato a la presidencia de la República del Partido Acción Nacional (PAN), Ricardo Anaya, está teniendo que enfrentar de estar acusado por haber cometido ciertos delitos correspondientes al manoseado caso por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) del honesto e incorruptible Emilio Lozoya Austin, en el que todo se basa en meras especulaciones y pruebas inventadas de actos cometidos fuera de tiempo.

Uno de los “integrantes” del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) de mayor colmillo político y también desprestigio, como lo son la mayor parte de la cúpula de los miembros de Morena, es sin lugar a dudas el senador Ricardo Monreal. Quién desde que no fue nombrado como una de las corcholatas que dio a conocer el destapador de la política nacional, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), inició por su cuenta su campana política para obtener la presidencia del país.

Cumpliendo con lo que manda la normatividad interna del Partido Acción Nacional (PAN), Joaquín Guzmán Avilés y Mayra T. Cortés Rodríguez se registraron el pasado lunes 8 del mes en curso ante la Comisión Electoral Organizadora (CEO) del Comité Ejecutivo Estatal (CEE), para participar en la próxima elección para los cargos de Presidente y Secretaria General del CEE de ese partido político. Contienda que todo indica será no fácil de ganar para ninguno de los dos aspirantes a la presidencia, ya que uno está luchando por la unidad en torno a los ideales de la organización política y el otro, desde antes de que iniciará este proceso de elección interna, todo parece indicar que está sirviendo a intereses ajenos no solamente a la institución, sino también, lo más grave, a sus ideales históricos.

El desesperado comportamiento que refleja en todo momento Andrés Manuel López Obrador (AMLO), desde hace algunos meses a la fecha y que desgraciadamente todo indica continuará, se debe, aunque lo niegue, a la contundente derrota que sufrió él, y su Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión durante el pasado proceso electoral. Derrota grave para sus intenciones personales de descarrilar al país. Ya que al perder la posibilidad de alcanzar con los pseudo partidos que lo siguen incondicionalmente, como son: el del Trabajo (PT) y el Verde Ecologista de México (PVEM), la mayoría calificada, perdió lo que dentro de su limitado y distorsionado imaginario consideraba su poder omnipotente.

Realmente importante la forma como inicia su trabajo al frente de la Máxima Casa de Estudios de Veracruz, el maestro Martín Aguilar Sánchez, informando de sus actividades a la comunidad universitaria y a la población veracruzana. Acción que también lo pone en contacto con los medios de comunicación de la entidad, lo que será muy sano y positivo para su trabajo y para la institución, no como sucedió durante el pasado periodo de la administración universitaria, durante el cual la comunicación de la Universidad Veracruzana (UV) se caracterizó por su mediocridad, en perjuicio de la comunidad, de la UV y de su Rectora.

Hace poco tiempo en este espacio se abordó el tema de la penosa situación en la que cayó desde el inicio de su periodo como huésped del Palacio Nacional, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), al pasar de un problema del que aún no ha encontrado solución a otro, actitudes que han llegado a ser denominadas como: Una tras otra. En alusión a la famosa frase que utilizara en sus programas de televisión el famoso locutor Francisco Stanley. Acciones las que además de repetirse, también se pueden considerar, sin hacer un análisis muy a fondo de la realidad política de AMLO, por lo obvio que es en todo lo que expresa, que es una de las tácticas que a últimas fechas se le han ocurrido, no solamente para despistar al o los “enemigo(s)”, que como hemos visto en su limitado y enturbiado imaginario somo todos.

Muy interesante y sin duda alguna de llamar la atención el llamado que hizo el presidente a nivel de todo país de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), Enoch Castellanos Férez, en la ciudad de Saltillo, Coah., durante la inauguración del XXII Encuentro de Negocios B2B. Llamado no solamente importante por la materia que abordó, sino también muy oportuno por el momento en que lo hace y hacia quién va dirigido. Pues el tema es de una importancia trascendental para el país, al referirse a defender la cultura del trabajo, los valores y el desarrollo que el sector empresarial está generando, así: desde hace tres anos , “estamos tragándonos cualquier comentario para no molestar al insolente que nos está acusando”.

Hace unas semanas en otra de las desprestigiadas mañaneras que lamentablemente tenemos que continuar financiando los mexicanos, contra de la voluntad de la mayoría. Andrés Manuel López Obrador (AMLO) amenazó nuevamente al mundo y también a todos los que habitamos este país, con asistir a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a hablar. Para variar el tema que dijo abordará, que es su favorito, no porque sea el que le salga mejor o en el que más se le pueda creer – antes de ponerlo aquí- usted estimado lector ya lo adivino: la corrupción.

Lamentablemente no se puede negar que entre muchas otras una característica del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ha sido la incongruencia total entre lo que dice y hace, con una distancia temporal promedio de máximo 24 horas. El tema que trate es lo de menos, eso no tiene importancia-sin importar la trascendencia que realmente este tenga- según parece ser por la forma de comportarse muy parecida en todos. Lo que realmente le importa, es el impacto que lo que dice debe tener entre los engañados y discriminados integrantes de los que él ha bautizado en forma bastante despectiva como “el pueblo sabio”.