El infalible juicio de la historia
Mientras las autoridades veracruzanas buscaban desesperadamente convencer a la opinión pública que no son corruptas, aunque las evidencias les hayan estallado en la cara con el caso de Araly Rodríguez, dos casos de violencia volvieron a colocar en la palestra el problema más grande que el actual gobierno estatal ha sido totalmente incapaz de siquiera atender. El pasado viernes, se confirmó que Sara Hilda Olarte Cid, trabajadora jubilada del Seguro Social que se reportó como desaparecida el lunes de la semana pasada, fue encontrada debajo de un puente en la desviación de las congregaciones de El Tronconal y Chiltoyac de la capital veracruzana. Asesinada. Este nuevo feminicidio reforzó el lugar de la entidad veracruzana entre las más brutales para las mujeres en todo el país, donde gobierna un régimen que simula combatir la violencia en su contra, pero que no protege ni respeta a sus propias trabajadoras, las cuales sufren un constante acoso dentro de la misma administración estatal. La respuesta del gobierno de Cuitláhuac García fue detener a tres sujetos, uno de ellos un sobrino de la víctima, achacándoles el crimen. Sin embargo, la actuación de la Fiscalía General del Estado y de las corporaciones policiacas deja más dudas que certezas sobre lo que en realidad sucedió, en especial por la particular fruición que tienen por mentir.
Leer más