Secuelas físicas y emocionales dejó el Covid-19 a cinco años de la pandemia; no se ha podido superar
A cinco años de la llegada de la covid-19 a México, quienes sufrieron la muerte de un ser querido o sobrevivieron a la enfermedad grave recuerdan como si fuera ayer esos días “horribles”, pues todavía padecen las secuelas físicas y emocionales del virus, que cobró la vida de más de 335,000 personas en el país, según cifras oficiales.
A María de los Ángeles Piñón Solano le brotan las lágrimas cuando habla de su esposo Javier Silverio, quien murió durante la segunda ola de covid-19 en México.
“Cinco años es como si hubiera sido ayer porque todavía (se siente) el dolor, la ausencia es muy fuerte y yo, al menos, todavía no lo he superado”, cuenta Piñón Solano a EFE mientras ahoga el llanto.
Detrás suyo, en un colorido altar, se ve la foto de Javier, un hombre fortachón, sonriente y quien, suponen, se contagió al visitar a un compadre en el estado de Querétaro, centro de México, donde tenía un rancho.
Susana Piñón, hija de Javier, rememora esos días de recorrer diversos hospitales para encontrar una cama y, tras varias horas de peregrinar por diversas instituciones médicas, lograron internar a su padre.