¡Detente COVID-19!
La Grilla en Tabasco.
Juan Ochoa Vidal
¿Se normalizará o comenzará a normalizarse todo en México a partir del 25 de junio como se dijo este jueves? La respuesta a esa pregunta está en la experiencia china y europea. Italia entró en la fase más crítica hace tres meses y aún no ve la luz al final del túnel.
Y mientras no faltan aquí las cuentas alegres, los informes de Naciones Unidas y sus organismos filiales proporcionan indicios del otro drama que apenas inicia.
Con alrededor del 85 por ciento de un total de unos mil 350 millones de asalariados parados -y además, quienes a duras penas sobreviven en la economía informal- si algo se tiene muy claro es que quienes más sufren ya son los pobres.
Un despacho de ONU Noticias puso énfasis en la situación prevaleciente en el poderoso vecino del norte:
“Con despidos récord, una red de protección social débil, y el gobierno enfocándose en las empresas y los ricos, partes importantes del país pronto se enfrentarán a la indigencia. Se trata de un momento para revaluar los fallidos sistemas de salud, vivienda y apoyo social que han hecho que la crisis sea especialmente dolorosa para los menos afortunados”, advierte.
“La pobreza se cierne sobre las clases medias”, acota.
“Los pobres en los Estados Unidos (México, a años luz) están siendo los más afectados por la pandemia de COVID-19 y el gobierno debe tomar urgentemente medidas adicionales para evitar que decenas de millones de estadounidenses de clase media se vean sumidos en la pobreza.
“Las personas en situación de pobreza y de bajos ingresos enfrentan riesgos mucho mayores por el coronavirus, debido a la negligencia crónica y la discriminación, y una respuesta federal confusa y orientada hacia las empresas que les ha fallado”, precisa Philip Alston, relator especial de la ONU sobre la pobreza extrema y los derechos humanos.
Dicen por ahí que cuando a Estados Unidos le da gripe a México le da pulmonía. Veamos qué pasa con esta “influenza atípica”:
Más de 22 millones de estadounidenses solicitaron el seguro de desempleo en EU en un periodo de tan solo cuatro semanas. Los economistas de la Reserva Federal proyectan hasta 47 millones (entre una población de 320 millones) de empleos perdidos para el verano.
Casi un tercio de los inquilinos estadounidenses no pagaron la renta a tiempo en abril y el uso del banco de alimentos se está disparando.
Las personas en situación de pobreza están amenazadas desproporcionadamente por el coronavirus. Es más probable que trabajen en actividades con un alto riesgo de exposición, que vivan en viviendas abarrotadas e inseguras, que residan en vecindarios que son más vulnerables debido a la contaminación del aire y que no tengan acceso a atención médica.
Las comunidades étnicas, que enfrentan un racismo persistente, corren un riesgo particular y mueren a tasas mucho más altas.
Los pobres tienen menos recursos para amortiguar los efectos económicos y se ven más afectados por las medidas para frenar la propagación del virus. Los trabajadores con salarios más bajos son más susceptibles a los despidos masivos y los recortes salariales, mientras que menos niños de bajos ingresos pueden acceder a clases en línea.
A pesar de estos graves riesgos, la ayuda federal aún no llega a muchas personas necesitadas y es fundamentalmente inadecuada en alcance y tipo, dada la magnitud de la crisis y su impacto a largo plazo, alerta la ONU.
¡Ah! Eso es en EU. México es la raza de bronce. Aquí nos regocijamos en el lodo. La desnutrición, las bacterias, virus, hongos, ¡lo que sea!, nos hacen los mandados. Estamos acostumbrados incluso a mascar piedra, vivir entre la inmundicia y en la penuria crónica. Por eso es que ya hasta le pusimos fecha al final del aislamiento. Basta con que nos encomendemos a diosito y a la virgencita.
Somos un pueblo feliz, muy feliz, y el COVID-19 no marcará diferencia alguna. También somos los mejor informados y por eso infinidad de mexicanos no creen que sea verdad lo de la pandemia.
Más aún, si hubiere una guerra nuclear, sobreviviríamos solo nosotros y las cucarachas. Tenemos el temple, así como un sistema de salud, seguridad social y educación que nos hizo transitar, sin darnos cuenta, desde el Tercer Mundo hacia un país que ningún otro se compara.
¡Que nada ni nadie nos inyecte pesimismo o catastrofismo!
Twitter: @JOchoaVidal