¿Atinada decisión del Presidente?
Perfilando.
Iván Calderón
En el “Arte de la Guerra” de Sun Tzu, se lee que “en la Guerra uno se defiende cuando tiene medios suficientes y ataca cuando tiene medios más que suficientes” y en lo sucedido ayer en Culiacán, Sinaloa queda más que claro que esta frase la mal entendieron las autoridades mexicanas, pues ya se sabía que antes de cualquier movimiento, existía un riesgo profundo de daños severos a la vida, la seguridad y a la libertad de las personas.
Con lo anterior, aunque muy criticable, la decisión del Presidente de liberar al hijo del “Chapo” Guzmán, probablemente resulta mediadamente idónea, pues se dio paso a garantizar un bien mayor, y según lo justifica López Obrador no se puede hablar de un Estado garante, cuando no se pone como primer valor a la vida humana.
Sin embargo, fue el propio Ejecutivo el que sometió al Estado, mandando mensajes de debilidad a los grupos delincuenciales y a sus rivales políticos, pues mostró un equivocado camino de cómo en tiempos de la “4T” se pueden obtener beneficios, asfixiando y embistiendo al propio sistema.
La medida de Andrés Manuel López puede permear en la ciudadanía, cuando menos en su sector afín como un aspecto positivo, basado en su popularidad, pero nos encontramos ya en el escenario de que es el líder mexicano el que toma decisiones para cuidar su imagen, y no basadas en la fortaleza de una clara estrategia de seguridad.
No obstante, de si se hizo bien o mal, lo que debe analizar Andrés Manuel López Obrador, con base en la frase de Sun Tzu, es por qué razón el gabinete de seguridad, se puso y puso a la ciudadanía en tal situación de vulnerabilidad, por qué no se planeó de forma inteligente, precisa y contundente el operativo de captura de Ovidio Guzmán.
Los mexicanos aún siguen creyendo que contra las fuerzas militares y de seguridad del Estado, no hay grupo delincuencial que las supere, salvo cuando no se piensa y se actúa con inteligencia.
A las fuerzas las enviaron a perder, no tal vez con esa intención, pero sí con la pésima planeación. Ni con los medios suficientes para defenderse, no digamos ya para atacar.
En definitiva, AMLO y su gobierno perdió una batalla, ya se verá cómo se actúa en el futuro, pues no se debe de permitir que nadie se envalentone contra cualquier gobernante, atentando contra el equilibrio social.
POR CIERTO, precisamente Octubre fue el mes que dio como plazo el Presidente para calmar el país, gracias a los buenos resultados de sus programas sociales.
@IvanKalderon