Si te lo perdono seguro que lo olvido…
Tierra de babel
Más sabe el diablo por viejo que por diablo, quizás; más santo que el Papa, pos ahí se las dejo. No sabemos dónde se esconde el conejo que sale de la chistera ni por donde entró. El chiste es creer o no creer tanta maña, artimaña y cinismo de nuestros políticos, de todos los lados y latitudes, de todos los colores, incoloros e inodoros. No sé si reír o llorar, enojarme o encabronarme –no es lo mismo-, perdonar, olvidar y san se acabó… a chingar a su madre a otra parte. Así de fácil. Y no pasó ni pasa nada. La vida sigue igual. No logro entender el mesianismo de Amlito, sólo le faltó la sotana y, al final, la bendición: “Vayan en paz, la misa ha terminado”.
Así lo dijo: “El mal no se puede enfrentar con el mal, ni la violencia con la violencia. No creo en esa máxima de ojo por ojo, diente por diente. No creo en la ley del Talión, porque si nos queremos acabar entre nosotros, nos vamos a quedar chiumuelos o tuertos. El mal hay que enfrentarlo haciendo el bien. La paz y la tranquilidad son fruto de la justicia”. Hasta aquí ‘ta güeno, suena a Gandhi mezcla Jesucristo.
Expresó: “Y estar dispuestos a perdonar. Yo lo dije en la campaña y lo repito ahora, coincido con los que dicen que no hay que olvidar, pero sí estoy a favor del perdón. Respeto mucho a quienes dicen «Ni perdón ni olvido», yo digo: «olvido no, perdón sí», por eso es muy importante que iniciemos este foro aquí en Ciudad Juárez.” Es aquí donde la puerca torció el rabo. El dolor no se olvida, el perdón quizás llegue algún día, pero ¿y la justicia? He ahí donde la autoridad se esfuma, ¿dónde quedó la bolita? Lo que queremos es justicia, luego el perdón y luego el olvido, tal vez.
Amlito dijo: “Todo lo que le convenga al pueblo de México se va a llevar a cabo, no tenemos compromisos con grupos creados, nada más tenemos como amo al pueblo de México; entonces tienen ustedes todas las libertades para que se analicen todas las opciones. No es que no lo podamos hacer porque no le gusta a un gobierno extranjero, ¡no nos importa! Si es bueno para el pueblo de México se va a llevar a cabo.” Creer o no creer. México sufre y nosotros nos la llevamos de foritos en foritos (¿qué metodología están aplicando?), y las propuestas y cuestionamientos y planteamientos, al final, ¿a la basura? Ojalá no más desaparecidos, torturados, asesinatos, decapitados, desmembrados, fosas clandestinas… Ojalá no más palabrería, ahora impregnada de mojigatería y santería.
Javier Risco, en su columna “La Nota Dura”, tituló su reciente entrega “El perdón”, y comenta: “Ayer alguien les dijo que perdonaran, pero ¿cómo perdonas sin verdad y sin justicia?, ¿perdonar a quién?, y ¿cómo evitas que la lista de víctimas y victimarios que requieran “perdón”, deje de crecer? A una ciudad [Ciudad Juárez] que hace unos días fue primera plana por un fin de semana de 30 asesinados, 11 de ellos torturados, ya no le basta discursos de mágicas soluciones, en la realidad que viven, los abrazos no los protegen de los balazos.” (elfinanciero.com.mx, 08-08-18).
Y lo que nos falta, Chato. Ya siendo bendecido constitucionalmente como Presidente de la República Mexicana, ¿hacia dónde irán los feligreses? ¿Acaso no somos ciudadanos antes que lo que gusten? Ciudadanos de primera, de segunda, de tercera… en esta “transformación de cuarta”, según un comentarista.
El camino es el pensamiento crítico; claro, el amor y la paz también. Pero tengamos cuidado en la arena movediza de la política mexicana. De que somos, somos; de que nos dejamos, nos dejamos. Hagamos un México despierto. ¿Cuándo? No sólo fue el voto, ¿y ahora? Ahí se las dejo.
Con eso de Amlito, recordé la canción “Es más, te perdono”, de Noel Nicola:
“Te perdono el montón de palabras
que has soplado en mi oído
desde que te conozco.
Te perdono tus fotos y tus gatos,
tus comidas afuera,
cervezas y cigarros, es más,
te perdono andar como tú andas,
tus zapatos de nube,
tus dientes y tu pelo.
Te perdono los cientos de razones,
los miles de problemas,
en fin, te perdono no amarme.
Lo que no te perdono
es haberme besado con tanta alevosía.
Tengo testigos: un perro, la madrugada, el frío,
y eso sí que no te lo perdono,
pues si te lo perdono seguro que lo olvido.
De cinismo y anexas
Para pensar y disfrutar, no se suiciden –¿es pecado?:
*El que roba a un ladrón tiene cien años de perdón. (Refrán).
*A falta de perdón, deja venir el olvido. (Alfred de Musset).
*No hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón. (Juan Pablo II).
*La espiral de la violencia sólo la frena el milagro del perdón. (Juan Pablo II).
*Conceder el perdón es el más alto grado de vanidad o de miedo. (José Luis Coll).
*El asesinato es lo único que elimina a la persona que hiere, de modo que la sociedad debe ocupar el lugar de la víctima y exigir en su nombre la expiación o conceder el perdón. (W. H. Auden).
*El paso del tiempo condena al olvido la memoria de un país. (Arthur Miller).
Ah, nos vemos en Teocelo, en la fiesta “Identidad Teocelana. Orgullo de todos”, del 11 al 15 de agosto del presente. No falten.
Ahí se ven.