Time refleja a Trump por sus deslices con Putin, tras la cumbre entre ambos líderes
Foto: Reuters.
- El montaje fue realizado por la artista visual Nancy Burson, quien de acuerdo a la publicación estadounidense, busca representar el momento particular en el que se encuentra la política exterior de Estados Unidos tras la cumbre de Trump y Putin
Samantta Hernández Escobar
AN / WASHINGTON.- En medio de la tensión derivada de la primera cumbre entre el presidente de Estados Unidos y su homólogo ruso, la revista Time presenta su nueva portada en donde aparece un híbrido entre Donald Trump y Vladimir Putin, con el que ilustra “La crisis de la cumbre”, un texto de Bryan Benett.
Los rostros del presidente estadounidense y del mandatario ruso han sido de los más mediatizados durante el último par de años, lo que los ha convertido en dos personajes inconfundibles.
El montaje fue realizado por la artista visual Nancy Burson, quien de acuerdo con la publicación estadounidense busca representar el momento particular en el que se encuentra la política exterior de Estados Unidos tras la cumbre de Trump y Putin.
Estos dos personajes han sido ligados poco después de que Trump lanzó su candidatura a la presidencia de Estados Unidos en 2016. Esta relación se intensificó aún más luego de darse a conocer la supuesta injerencia de Rusia en las elecciones de las que Donald Trump salió victorioso.
La verdadera sacudida ocurrió apenas el pasado 16 de julio en Helsinki, Finlandia, lugar en el que se realizó el primer encuentro bilateral entre ambos presidentes y momento en el que Trump puso en duda su confianza en las agencias de Inteligencia de su país respecto a la investigación de la colusión rusa, conocida como Rusiagate.
La realidad es que la relación entre Rusia y Estados Unidos se ha manejado siempre bajo presión, situación que el mandatario parece haber ignorado pues incluso ha mostrado unamejor disposición a mantener buenos contactos con el Kremlin que con los gobiernos de países aliados a su nación.
El ejemplo más evidente fue la complicada cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), celebrada en Bruselas, dos días antes de la cumbre con Putin. Ahí, Trump evidenció, una vez más, su descontento ante naciones como Reino Unido, Alemania y Canadá, respecto al gasto en Defensa que cada nación hace.
Trump, incluso, acusó a Alemania de gastar más en pagarle a Rusia por energía y gas, en lugar de destinar el 2 por ciento de su PIB al gasto en Defensa, como lo acordaron los países miembros de la OTAN en 2014, del cual Estados Unidos afronta un mayor peso.
Ya en Helsinki, y luego de una charla entre Trump y Putin, a puerta cerrada que duró dos horas, los presidentes ofrecieron una rueda de prensa en la que al ser cuestionados sobre la trama rusa, Trump dejo claro “que no había razón para pensar que había sido Rusia”.
Comentario bastante criticado por la esfera política de Estados Unidos. En esta ocasión, la inconformidad respecto a la postura de Trump fue evidente, tanto en el partido demócrata como en el republicano, situación que se evidenció a través de los mensajes en redes sociales de políticos como Hillary Clinton, Chuck Schumer y Paul Ryan.
Tanta fue la presión contra las declaraciones del presidente que ya en Washington tuvo que ofrecer una nueva declaración ante la prensa.
Esta vez, Trump tuvo que leer al pie de la letra la declaración en la que aceptaba que había habido un error y que “aunque para él era obvio” haría la aclaración de que en realidad quiso decir “que no había razón para no creer que había sido Rusia”, quien interfirió en el proceso electoral de Estados Unidos.
Sin embargo, el presidente volvió a recalcar que “no existe colusión” entre su equipo y el gobierno ruso.
No obstante, en menos de 24 horas, Trump volvió a virar su postura y a través de mensajes en Twitter señaló que lo que en realidad “molestaba a los enemigos” era que la reunión con Putin no hubiera terminado en una pelea y acusó a sus críticos de “preferir la guerra”.