Veda electoral no existe para el góber del cambio
Ha pasado un año y medio desde que asumió el poder el góber aliancista y la narcoviolencia en Veracruz no cesa.
Las ejecuciones, desapariciones forzadas, el secuestro, cobro de piso y robo con violencia son el ‘coco’ de la sociedad veracruzana ante un estado disfuncional.
Los múltiples agravios que cometió la cofradía de la clase política priista en complicidad abyecta con los entonces partidos de oposición, no han sido subsanados, reparados y pagados por el góber aliancista.
En campaña, el góber de las mil promesas ofreció el oro y el moro para acabar con la narcoviolencia que es el azote de la vapuleada sociedad civil y ciudadanos de a pie, resarcir los dineros públicos a las arcas del gobierno estatal, cubrir el rezago de pagos a los proveedores en general y un largo etcétera, etcétera…
Pero el góber alquimista – el que transforma la inseguridad en seguridad, por decir algunos de sus malabares-, el que convierte el cobre en oro, el que multiplica los peces para su reino, se ha convertido en un singular camaleón que asombra a los más picudos seguidores de Sherlock Holmes.
Pasándose por el arco del triunfo la veda electoral y al árbitro electoral, que se hace de la vista gorda para sacarle tarjeta roja, el góber con el poder metaconstitucional que le conceden los contrapesos legales, se convierte en puntual policía, fiscal, juez y periodista.
Pagó de los recursos de los contribuyentes la polémica investigación acuciosa a un particular para que ubicará insufacto a la controvertida cónyuge de Javier Duarte, en Inglaterra, cuando la pesquisa correspondía hacerlo a la fiscalía general del estado.
Pero como se ha arropado de todas las facultades, al viejo estilo de Luis XIV, o si se quiere del propio Javier Duarte, su mensajero, no la fiscalía, logró dar con el cómodo paradero de la exprimera dama del estado, Karime Macías de Duarte, que de antemano ella misma comunicó que se refugiaría en la capital londinense
Gracias a su labor investigadora, que cualquier seguidor de Sherlock Holmes se quedaría perplejo, el gobierno de su Majestad, Inglaterra, dio trámite a la solicitud de exilio político a la desprestigiada Karime Macías, por el agravante delito de «persecución política» que deberá discutir el gobierno inglés en los próximos meses.
No conforme con ello y pisoteando la veda electoral, viajó al vecino país del norte que gobierna el fascista Donald Trump, para certificar la entrega de bienes confiscados al exgóber Javier Duarte.
Y la narcoviolencia en Veracruz, el desempleo, la planta productiva colapsada, el mega fraude a los empresarios y la incertidumbre de la sociedad civil y ciudadanos de a pie, ¿Quién lo resuelve? ¿Por qué hasta ahora no ha resuelto los problemas sensibles de Veracruz?
Y la promesa de que en seis meses se resolvería la inseguridad pública y de que un militar estaría a cargo de la lucha anticrimen, ¿Dónde quedaron? ¿Populista dadivoso? El arribo del político que cimbraría al país y a Veracruz, sólo provocó una mayor polarización, exacerbación y encono de la sociedad civil.
El cambio en Veracruz fue un salto hacia atrás. El absolutismo llegó para engendrar odios, divisionismo y una lucha sórdida para acabar con los que disienten del poder público.
¡Este es el cambio! Veracruz tiene su propio Trump.