Sin recursos no hay progreso

Desde a janela

Con la aprobación del presupuesto de egresos de la federación, el gobierno de la transformación que no fue ni tampoco será, nos ha demostrado a cabalidad que tanto en su primer periodo como en este su segundo, las mentiras y el engaño en general son su sello.

Y es que nos hablan de mejoras en educación, en salud, en seguridad, de democratización de los poderes judiciales, de desarrollo de comunidades marginadas y un largo etcétera de políticas que con ellos van a hacer de México un mejor país.
El único detalle es que, como lo podemos comprobar en el presupuesto aprobado por los autómatas oficialistas de San Lázaro, en lugar de dar dinero, lo quitan en todos y cada uno de esos rubros.
Los recortes en salud son impresionantes, los de educación no se quedan atrás, muchos servicios públicos que contribuían a elevar la productividad económica como lo eran las estancias infantiles, simplemente no volverán.
Y me fijo en ese detalle, porque sin recursos nunca ha habido desarrollo humano alguno.
Las ciencias, las artes, los deportes, las tecnologías y todo en lo que el hombre ha dejado su huella siempre ha requerido de un mecenazgo o patrocinio.
Y aquí es en donde cabe preguntarse cómo puede crecer la cobertura de salud pública si se le recorta más de un tercio de su presupuesto; vaya, hasta mantener lo que actualmente existe es imposible de mantener con ese recorte.
Sucediendo algo similar con el sistema educativo nacional o la red de carreteras y autopistas.
Sin dinero o con muy poco, es imposible ya no crecer sino mantener lo que hay.
Dicen en el gobierno que a pesar de los recortes presupuestales, con una buena restructuración institucional y una reasignación de prioridades, los objetivos trazados se pueden lograr.
Esta es otra mentira, ya que por mucha brillantez y eficiencia que se pueda ofrecer, sino se acompañan de los suficientes recursos el fracaso está garantizado.
Napoleón es un ejemplo de lo mencionado, fue un político y un militar muy inteligente, muy ingenioso y muy hábil, tanto que llegó a ser también muy poderoso y sin embargo, estaba condenado al fracaso debido a que se hizo de tantos enemigos que al final, la coalición que estaba en contra de él sumó muchos más recursos que los que él disponía, lo cual provocó su caída.
Por ello es que todo lo que promete la presidente es imposible de cumplir al restringir los recursos y lo explico con otro ejemplo:
¿Recuerdan la famosa vacuna “Patria” que supuestamente iba a ser la cura cien por ciento mexicana contra la COVID, un orgullo de la medicina nacional y la manera de mostrarle al mundo la autosuficiencia farmacéutica lograda por el “Gobierno del Bienestar”?
Pues resulta que a esa vacuna se la llevó el viento al no ser más que puras palabras matutinas del gran merolico que estuvo en el palacio, debido a que no se le destinó ni un solo peso en los ejercicios presupuestales y tan es así que nunca alguna autoridad con competencia en esa materia admitió tener como pendiente el desarrollo del citado medicamento.
Y el poco dinero destinado para intentar dar cobertura en ese punto específico de salud pública, se ha destinado para comprar medicamentos de dudosa calidad a la todavía más dudosa ciencia médica de la República de Cuba, quien todavía tiene menos presupuesto que México para esos y otros menesteres.
El punto es que sin presupuesto dedicado a ello es imposible alcanzar el desarrollo prometido y quien promete sin dar un céntimo para cumplir, tarde o temprano quedará como un vil embustero, una vil embustera en el caso que nos ocupa; ya que como dice la sabiduría popular: “Con dinero baila el perro…”
felfebas@gmail.com
Twitter: @FelipeFBasilio

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