De la ineficacia a la soberbia
Para ti las guirnaldas de oliva,
un recuerdo para ellos de gloria.
Un laurel para ti de victoria,
¿y un sepulcro para ellos de honor?
Luis Gutiérrez R.
Confieso que, en contravención a mis propias reglas, dejé pasar algún tiempo para tratar de disipar la indignación que me produjo oír al presidente de la república anunciar que decretaría los días 1, 2 y 3 de noviembre, fechas tradicionales de culto a nuestros difuntos, para declararlos “de luto nacional” en memoria de más de 100 mil compatriotas (niñas, niños, mujeres y hombres víctimas mortales de la pandemia de Covid-19 que azota al planeta.
Ello, según sus datos. Otros cálculos señalan un saldo en más de 200 mil.
Al hacer el anuncio de su decreto, casi al final de su conferencia palaciega cotidiana, ofrecida el martes 27 de octubre, el presidente se mostró pesaroso al expresó su dolor y pena por el sufrimiento de todos los deudos.
Dijo: “Es mucho el dolor que nos está dejando esta pandemia. Son muchos los fallecidos, conocidos, amigos y familiares. Hay mucha tristeza. Voy a proponer un decreto para que dediquemos 3 días de luto nacional: sábado, domingo y lunes, también con motivo de Día de Muertos”.
Entre los fallecidos hay más de mil 300 profesionales de la salud: enfermeras, médicos y dentistas; decesos que provocados, en muchos casos y según reiteradas quejas públicas, porque fue insuficiente el equipo para combatir la pandemia o la necesaria protección personal para prevenir adecuadamente los contagios. Una lista de países analizados por Amnistía Internacional y la prestigiada publicación médica británica The Lancet (escalpelo o bisturí), dio cuenta de estos hechos.
De la deficiencia a la soberbia
El miércoles 9 de septiembre último, reunidos en conferencia de prensa, seis exsecretarios de Salud tuvieron el valor de llamar “deficiente” la gestión del gobierno federal ante la epidemia por Covid-19 (señalamiento que al parecer fue una osadía inadmisible para el presidente de la república); además, en conferencia de prensa se atrevieron a realizar 14 recomendaciones validadas por su sólida experiencia como extitulares del ramo. Fueron ellos: Salomón Chertorivski, José Ángel Córdova, Julio Frenk, Mercedes Juan, José Narro y Guillermo Soberón.
Un funcionario de segunda línea, cuyo fracaso ha sido universal y rotundo en su combate a la pandemia, aludió con una respuesta soez a las 14 recomendaciones de los expertos: “Pues si son tan buenas, que las patenten”. De la ineficiencia el gobierno se arrinconó en la soberbia: el jefe palaciego ni siquiera tuvo la atención de escuchar a los exsecretarios de Salud.
Entre las 14 recomendaciones desdeñadas por quienes tienen la obligación constitucional se servir a la Nación, había una que hoy vale la pena refrescar: “…tomar la ofensiva hacia una epidemiología de precisión y encontrar al virus. Elevar el número de pruebas a 127 mil Salomón Chertorivski, José Ángel Córdova, Julio Frenk, Mercedes Juan, José Narro y Guillermo Soberón semanales».
¿Atendió el gobierno la recomendación? No, desde luego. Pareció mejor el recurso sencillo del decreto: tres días de luto por las víctimas de la ineficacia.
Detección ineficiente
México es el país que realiza menos pruebas para detectar Covid-19 entre los 36 países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Mientras el gobierno mexicano realiza 0.4 pruebas por cada mil habitantes, el promedio de los países de la OCDE está en 22 por cada mil.
Los cinco países que más pruebas de diagnóstico aplican por cada mil habitantes son Islandia (134.9), Luxemburgo (64.6); Estonia (36.9); Lituania (36.6) e Israel (30) por cada mil habitantes. En el caso de Islandia edujeron al mínimo los contagios y los decesos. Por el contrario, los cinco países miembros con menos pruebas aplicadas son Polonia (7.4); Hungría (6.6); Grecia (5.8); Japón (1.8) y México (0.4).
La OCDE ha reiterado su exhorto a los países deficitarios para que hagan más pruebas de diagnóstico, pues para controlar el actual o los futuros rebrotes, hace falta analizar más casos, rastrear casos sospechosos e identificar a sus contactos.
En un reporte, la OCDE advirtió que si se levantan las restricciones de confinamiento antes de que se desarrolle una vacuna o tratamientos efectivos sin otras medidas para suprimir nuevos contagios (como lamentablemente ya empezó a ocurrir), se prevé que la tasa de infección vuelva a resurgir.
¿Qué faltado en México? Solidaridad genuina, no retórica visceral. Nada más reflexionemos en que el presidente ha carecido de la humildad necesaria para colocarse un cubrebocas, como lo han hecho millones de mexicanos. Ha transitado sin dificultad de la ineficacia a la soberbia. Le ha faltado voluntad y sensibilidad social; ni siquiera ha reparado en las graves consecuencias, estas sí, dolorosas consecuencias para millones de familias.
Un clarín de órdenes, la bandera a media, un arreglo floral y tres días de duelo por la muerte de decenas de miles de compatriotas. Y listo.