La maga de oz
Vaya paradoja es la que se está viviendo en México ya que, mediante un par de fraudes, uno administrativo (en el INE) y otro judicial (en el Tribunal Electoral) se le dio a la alianza gobernante una mayoría hegemónica, razón por la que se llegó a pensar que la presidente prácticamente iba a ser una emperatriz absoluta, y contrario a eso, resulta que quizá sea una de los gobernantes más acotados en la historia de México.
La semana pasada en este espacio comentábamos que entre más grande fuera el poder que una facción lograra menor sería la gobernabilidad de la misma, así se feudalizó el Imperio Romano y desde luego que no es la excepción a esa regla lo que está sucediendo con MRN y sus rémoras hoy en día.
Efectivamente, estamos viendo a una presidente que vive en un gran palacio y que mediante su propaganda diaria trata de verse como una gobernante muy poderosa, cuando en realidad, sin las cámaras, es un personaje diminuto.
Ya lo habíamos dicho en alguna columna anterior, siempre fue segundona y aunque le hayan impuesto la banda, siempre seguirá siendo segundona.
Y como en la novela del Mago de Oz, brujas (os) con poder hay en el Senado, en la Cámara de Diputados, en los estados, en su partido (MRN), en las mafias y fuera del país.