Botín de complicidades y decadencia judicial
Después de un intenso jaloneo, finalmente el Congreso del Estado procesó tres nombramientos de nuevos magistrados del Tribunal Superior de Justicia del Estado. Todos, con ligas con el grupo gobernante en Veracruz. Como lo adelantamos en este mismo espacio, fueron nombrados como magistrados Arturo Sosa, quien se desempeñaba como director de Patrimonio del Estado; Humberto Oliverio Hernández Reducindo, quien era representante del Poder Legislativo en el Consejo de la Judicatura; y Claudia Marlen Galán Espinoza, quien fungía como representante del Poder Ejecutivo ante ese mismo órgano del Poder Judicial estatal. Claramente, ninguno cuenta con un perfil ni trayectoria judicial. Sosa viene de ser empleado en el gobierno de Cuitláhuac García en una dependencia en la que antes despachó David Jiménez, acusado de despojo, y contra quien ni siquiera se molestó en simular como que lo investigaba. Claudia Marlen Galán de por sí era la representante del Ejecutivo en el Consejo de la Judicatura. El enroque más significativo es el de Humberto Oliverio Hernández Reducindo, quien está ligado al presidente de la Junta de Coordinación Política y coordinador de la bancada de Morena Juan Javier Gómez Cazarín, así como al secretario del Congreso, Domingo Bahena Corbalá, quienes a su vez llevaron al ahora ex consejero del IVAI, Alfredo Corona Lizárraga –quien indebidamente dobleteó cobrando al mismo tiempo una beca Conacyt- a la representación del Poder Legislativo en la Judicatura.
Leer más