Amor y paz: no mentiras
TIERRA DE BABEL.
Algunos días, cuando me despierto muy temprano con ánimos de hacer algo positivo por mis compatriotas y hermanos terrícolas, me digo a mí mismo: “Cuesta juntar ánimos para bajar al mundo”, como dice Mafalda al descender de la cama.
Sabrá Dios cómo le hace Amlito –y pretende seguir haciendo, todo por México-, para desterrar la corrupción, impunidad e inseguridad, más lo que a diario se acumule.
El pasado 1º de julio, en el discurso pronunciado en el Zócalo de la CDMX, Amlito dijo que, entre otras esperanzas: “Todos los días desde las seis de la mañana presido la reunión del Gabinete de Seguridad para dar seguimiento al fenómeno delictivo, avanzar en la construcción de la paz y reconstruir la seguridad de los mexicanos.” Suena suave, pero la realidad es otra y vaya que habrá que súper batallar en este y otros problemas nacionales.
Según parametria.com.mx: “El primer semestre de 2019 (diciembre 2018 – mayo 2019) fue el más violento del que se tenga registro. De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en el país fueron asesinadas más de 17 mil 500 personas (17 mil 11 homicidios dolosos y 489 feminicidios), lo que representa un promedio de 96 asesinatos diarios.”
Otro más: “Nueve de cada 10 creen que la estrategia implementada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador para combatir la inseguridad en el país es diferente a la que puso en marcha el gobierno de Enrique Peña Nieto y más personas (72%) consideran que la estrategia de seguridad de AMLO necesita más tiempo para ser evaluada.”
Bien, amor y paz. No mentiras. El tiempo lo dirá, con tal que la violencia no continúe y siga cobrando vidas. Y en esto estamos todos comprometidos hasta en el baño. Porque pa’ morir…
No sé quién dijo que la mentira es el mejor encantador de serpientes. Pero como escribió Thomas Fuller: «Dicen que»…. es ya media mentira”. Apenas son 7 meses de la presente administración federal –¡qué decir de la estatal!- y lo que nos falta. Un proverbio judío reza: “Con una mentira suele irse muy lejos, pero sin esperanzas de volver.”
Dios quiera que la vida nos sonría y vivamos felices pa’ siempre, aunque esto es imposible. Cada quien tiene su tiempo; por tanto, a vivirla en paz con “nuestros próximos”.
Los días y los temas
Hace unos días leí la entrevista al paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga, a propósito de su libro Vida, la gran historia. Les comparto algunas respuestas, porque prefiero pensar y vivir la vida:
“Pregunta.- En parte, conocer nuestro pasado nos hace entender y valorar más nuestro presente, ¿no cree?
Respuesta.- Sí, y nos hace más felices, espero. Aprendemos, disfrutamos, vivimos otras vidas. Yo siempre digo que la vida no puede ser trabajar toda la semana e ir el sábado al supermercado. Eso no puede ser. Esa vida no es humana. Tiene que haber algo más pero aquí, en esta vida. Y esa otra cosa se llama cultura. Es la música, la poesía, la naturaleza, la belleza… Es lo que hay que apreciar y disfrutar porque, si no, esto es una mierda.
Pregunta.- Nuestros antepasados seguramente sabían apreciar mejor la vida…
Respuesta.- Hombre, claro. No trabajaban toda la semana ni iban el sábado al supermercado.
Pregunta.- ¿Qué hemos hecho mal entonces?
Respuesta.- Alguna cosa hemos hecho mal, pero aún estamos a tiempo. Tenemos a Mozart. No está mal. Apreciar la belleza es una cuestión de educación y sensibilidad. Busque lo que es bello en la vida. Hay mucha belleza.” (elpais.com, 31/05/19).
¿Entienden, Méndez? ¿O les explico, Federico? De cualquier modo, mejor “Calmados, amados…”.
De cinismo y anexas
Pos ahí les voy: “Anoto en mi cuaderno esta sentencia bíblica: ‘Lo que puedas hacer con la mano, hazlo’ (esto también se puede leer, y hoy me percato, como una invitación a la masturbación)”. El Reino, de Emanuel Carrère.
Ahí se ven.