Una década trabajó espía rusa en la embajada de EU en Moscú

Tuvo acceso a información confidencial. FOTO: BBC.

  • El hecho fue alertado en enero de 2017, pero la mujer no fue despedida hasta el siguiente verano

EFE / WASHINGTON.-  Una espía rusa estuvo trabajando durante más de una década en la embajada de EU en Moscú hasta que fue despedida el año pasado, dijeron ayer funcionarios de alto rango a la cadena de televisión CNN.

La noticia fue previamente publicada el jueves en exclusiva por el diario británico The Guardian, pero el Departamento de Estado aún no ha hecho comentarios específicos sobre el asunto.

Según medios estadounidenses, la mujer fue contratada por el Servicio Secreto, encargado, entre otros, de la protección de la Casa Blanca y de los diplomáticos del país, y tuvo acceso durante años a la intranet de esta agencia y su correolo que le permitió examinar material confidencial, incluyendo los horarios del presidente y del vicepresidente.

Al cabo del tiempo, las autoridades de contraespionaje descubrieron que la rusa estaba teniendo reuniones no autorizadas con el FSB (Servicio de Inteligencia ruso, antiguo KGB).

De acuerdo a The Guardian, la oficina de seguridad regional del Departamento de Estado alertó de las actividades sospechosas de la supuesta espía en enero de 2017 al cierre del gobierno de Barack Obama, pero el Servicio Secreto no inició una investigación de inmediato y esperó al verano para despedirla, ya durante el mando de Donald Trump.

Preguntado por Efe, una portavoz del Departamento de Estado defendió que las autoridades toman “las acciones apropiadas en el momento adecuado” cuando se detecta que un individuo, como es el caso, ha podido cometer una infracción.

Además, la portavoz indicó que el Ejecutivo es consciente de que sus empleados, precisamente por trabajar para Estados Unidos, pueden ser “blanco de los servicios de inteligencia extranjeros”.

Estas revelaciones se producen en un momento clave para la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre el alcance de la supuesta injerencia rusa en las elecciones de 2016 y si hubo algún tipo de coordinación entre el Kremlin y miembros de la campaña del ahora presidente Trump.

Esta semana comenzó el juicio contra su exjefe de campaña, Paul Manafort.

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